La muerte de la acusada

La muerte de la acusada

Corrupción en el IOMA | Mientras la gobernación y la justicia desoyen las denuncias sobre la corrupción en el IOMA, una de las acusadas por el desfalco cayó desde el balcón de su departamento en Miami. El servicio médico de los empleados de la provincia sigue siendo de lo peor, y parece que ninguna plata alcanza.

Silvina Tornati es el nombre de la mujer argentina que murió la semana pasada en Miami en circunstancias dudosas: fue hallada en la vereda por la policía local. Es la misma que había estado detenida y luego excarcelada en una causa por estafas a la obra social IOMA, y ahora se supone que cayó desde un balcón. Suena y resuena como un entramado propio de la corrupción de los noventa, y en rigor a la verdad, los investigadores aun intentan determinar cómo se produjo la caída.

Tornaties conocida para la prensa argentina por aquel escándalo, ya que se trata de la exesposa del médico Julio Alberto Tamburelli, quien fuera dueño de una empresa de internación domiciliaria en Tandil, Flonic SRL. En octubre de 2016, ambos habían sido detenidos al ser acusados de fraude en perjuicio del Instituto de Obra Médico Asistencial, IOMA. En la oportunidad, el fiscal de delitos complejos de La Plata —Jorge Paolini— los implicaba como socios de la firma mencionada. Consideró que defraudaron a IOMA mediante la presentación de documentación falsa que justificaba la prestación de un servicio de internación para la afiliada María Luisa Sánchez, el cual nunca se había realizado. En noviembre de ese año, la justicia de La Plata los excarceló a ambos, con una fianza de $60.000.

Todo lo expuesto no hizo más que echar sombras sobre la muerte de Tornati, ya que los investigadores todavía no lograron determinar cuál fue la causa de la muerte, y si se trató o no de un accidente. Se están esperando estudios complementarios a la autopsia, pero ya generó sospechas públicas que ella hubiera publicado fotos en Facebook el mismo día de su muerte, que no hacían pensar que estuviera atravesando un período depresivo o una situación apremiante.

Pero la cuestión es que, si bien ella y su marido gozaban de los beneficios de la excarcelación, las denuncias por estafas al IOMA jamás cesaron. Justamente fue SUPTIOMA la entidad que presentó en su momento la documentación que implica a varios funcionarios ante la justicia. Su titular, Idelmar Seillant, dio detalles en la 99.9 acerca del proceso delictivo que intentan descubrir: “Es una denuncia penal nuestra de 2013. Todo surge de una señora que falleció de una patología oncológica, y había salido una queja de los maestros en Tandil. Me la acercaron, empecé a investigar y descubrimos que esta empresa tenía muchísimas causas, y en este caso preciso se completó la totalidad del hecho. Habían hecho pasar por viva a una persona que había fallecido hacía meses, y generaron gastos por cifras superiores a los 50.000 pesos”, especificó.

Según expone el titular de SUPTIOMA, esa denuncia no avanzó más en la justicia y, como se ha dicho, terminaron liberando a los dos investigados, que resultan ser Tornati y Tamburelli: “también estaban involucrados otros afiliados y por eso insistimos en que se investigue. Por los artilugios de la Cámara, se revocó el fallo después de que estaban presos por estafar al Estado. Quedaron en libertad. Pagaron una multa. Las cifras eran millonarias en la causa que debía involucrar a funcionarios de IOMA de ese momento, pero que no se llegó a investigar”.

La peor mutual

Pero el denunciante sorprende al explicar que —lejos de haberse solucionado— estos hechos de estafas todavía se están dando en el IOMA y poco ha cambiado en el funcionamiento interno. Cualquier afiliado puede verificar que, más allá de los importantes descuentos que se realizan a los afiliados, los servicios son cada vez más precarios, son menos los médicos que atienden sin arancel diferenciado, y casi ninguno es especialista. Los estudios no se autorizan —más allá de los más sencillos— y los específicos requieren un complejo trámite de reintegro a cuatro meses, que excluye de la salud a todo enfermo que no disponga de dinero personal para tratarse. La cobertura de medicamentos es caprichosa, y no permite consumir productos modernos, con combinaciones de drogas que mejoran la cura de los pacientes, en tiempo y calidad de vida. El paciente toma lo que cubra IOMA.

Todo el mal funcionamiento sigue siendo denunciado por SUPTIOMA. Explica su titular que, a su criterio, el IOMA está cooptado prácticamente por UPCN, y que a ellos les llama la atención que se quiera cerrar paritarias sin cerrar la corrupción. Por último, Seillant adelantó además que los empleados que él lidera van a presentar una nueva denuncia contra los funcionarios que están ahora: “estamos por poner una causa penal muy importante por estafas en IOMA sobre los funcionarios actuales, la gestión que está ahora. Vidal tiene que dar un paso adelante, echar a todos los funcionarios que tiene en IOMA y confiar en nosotros que hace 14 años que venimos haciendo un trabajo de denuncia. Nunca nos han invitado siquiera a discutir el tema en una mesa”, reclamó.

Pero en un reportaje anterior, realizado ya en diciembre pasado, Seillant advertía que la gobernación de Vidal hacía oídos sordos a las denuncias efectuadas: “Hicimos un relevamiento desde el cambio de gobierno sobre prótesis, traslado, internaciones domiciliarias y el nepotismo en funcionarios que son corruptos. Nos damos cuenta que las estructuras perversas y corruptas persisten en el gobierno. Los trabajadores honestos no tienen injerencia en nada”. Además, daba datos concretos del dinero que se había implicado con distintas maniobras ilegales: “Vemos que en IOMA se han desviado unos 4.800 millones de pesos en temas de direccionamiento y sobreprecios”.  Los denunciantes trataron de exponer sus pruebas documentales ante la propia Vidal, pero no habrían logrado llegar a ella: “traté de comunicarme con la gobernadora pero sin éxito. Hay una distancia importante entre lo que nosotros vemos y lo que ve la gobernadora”.

Muy noventa

Ahora, una de las implicadas en el fraude millonario aparece muerta. Voló por el balcón sin que se hubiera sabido que cursara una depresión previa, y es inevitable pensar en el episodio escandaloso que aconteció allá por 2003, cuando una importante testigo en la investigación por la venta de armas a países en guerra murió al caer desde el décimo piso del edificio que habitaba. Era Lourdes Di Natale, ex secretaria del empresario riojano Emir Fuhad Yoma y ex cónyuge del abogado Mariano Cúneo Libarona.

El hecho había acontecido desde en ventana de su departamento, situado en Lucio Mansilla 2429 en Recoleta. Aunque Di Natale había denunciado que era víctima de amenazas de muerte, los investigadores atribuyeron su fallecimiento a un accidente que se habría producido cuando, trepada a una silla, intentaba cortar un cable o una soga que atravesaba el lavadero de su vivienda. Lourdes, de 45 años, había aportado una serie de agendas que se volvieron evidencias contra Emir Yoma y, en menor medida, contra Carlos Menem.

El sumario penal quedó en manos del juez de instrucción Ricardo Farías, quien en un principio dijo que no descartaba hipótesis alguna. Pero rápidamente todos los sectores aseguraron que Di Natale se encontraba sola, que la puerta de la vivienda estaba cerrada por dentro cuando ingresó la policía y el acceso al lavadero estaba abierto. Los efectivos hallaron las habitaciones en orden y sin indicios de violencia, y realizaron investigaciones que aseguraron que la mujer padecía depresión, que habría tenido problemas de convivencia con otros ocupantes del edificio, y demás. Nadie más volvió a hablar nunca más de Lourdes, a quien poco tiempo antes le habían retirado la custodia de su hija.

Cuando se habla de IOMA se habla de mucho, pero muchísimo dinero. Es la obra social a la cual aportan sin opción todos los empleados públicos de la provincia, que son sus afiliados cautivos. Millones que nunca alcanzan para nada. Los empleados intentan probar estafas millonarias, que para la gobernadora no son un tema a investigar. Mientras tanto, una acusada cae por la ventana en Miami. ¿Le suena raro?

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