Moyano quiere alambrar su poder en el interior

Moyano quiere alambrar su poder en el interior
El líder camionero procura evitar fugas de dirigentes a la central obrera oficialista que formarán sus opositores
Como parte de su estrategia política, y con deseos de extender territorialmente su poder sindical, Hugo Moyano apura gestiones para activar un relevamiento sobre la situación de las seccionales de la CGT en todo el país. El nervio de la iniciativa será retener a sus aliados ante la atomización gremial y, así, evitar futuras fugas hacia la central obrera que conformarán sus opositores con el visto bueno del Gobierno.

Por primera vez desde que inició su tercer mandato al frente de la CGT, Moyano incluyó en el temario del consejo directivo, el martes pasado, un diagnóstico sobre la situación de las diferentes regionales del interior. Apuesta a retener las regionales bajo el mando de la sede central a pesar de la fractura.

Pero no será sencillo. En algunos distritos, como en La Matanza, están a la espera del surgimiento de la CGT alineada con el kirchnerismo para definir su postura. Así se resolvió el jueves, en un plenario con 43 gremios. "Vamos a mantener la unidad, aunque estamos atados a cómo se desarrollará la nueva CGT, el 3 de octubre", dijo el metalúrgico Carlos Gdansky, jefe de la central local.

Existen otros casos curiosos. La CGT de Santa Fe juega con el moyanismo a pesar del quiebre en la cúpula nacional. Y en Córdoba, la dispersión gremial es aun más acentuada. Aunque nada más extraño que en la seccional de Lomas de Zamora: allí el jefe cegetista es Sergio Oyhamburú, de Sanidad, un gremio de peso en el sector antimoyanista de "los Gordos". Su número dos es Julio Carrizo, del sindicato de Camioneros y muy cercano a Pablo Moyano.

"Es necesario salir a caminar y reordenar el mapa. La fractura tiene repercusión en el interior", advierte Juan Carlos Schmid, moyanista de la primera hora.

El relevamiento por las sedes cegetistas provinciales estará a cargo de Gerónimo Venegas. La primera parada será en el norte y la última en La Plata. Las reuniones del "Momo" comenzarán a partir de octubre, después de la cumbre moyanista del 26 del actual en La Falda. Allí, Moyano y su tropa le darán forma al documento de 21 puntos que servirá como plan de gobierno de la CGT.

"Normalizar la CGT en todo el país no tiene que ver con lo político. Hacemos política desde las 62 Organizaciones Peronistas. En nuestra CGT puede haber radicales, peronistas y socialistas", abrió las puertas Venegas, uno de los dirigentes que más le insiste a Moyano en darle vida al proyecto político propio.

El antimoyanismo conformará su propia CGT el 3 de octubre. Pero, así y todo, siguen con atención los pasos del camionero. ¿La razón? Algunas seccionales provinciales desoyeron a sus referentes nacionales y respaldaron al moyanismo en la movilización a Plaza de Mayo, el 27 de junio pasado. El caso más llamativo, quizá, fue el de los mecánicos del Smata. Las seccionales de Junín y Córdoba se inclinaron por Moyano antes que por su líder nacional, Ricardo Pignanelli. Pasó también en la seccional cordobesa de Luz y Fuerza, el gremio de Oscar Lescano.

"Moyano cree que puede cortar las organizaciones transversalmente y conquistar los gremios del interior que forman parte de una federación", fustigó Héctor Daer.

La disputa entre moyanistas y sus rivales se avivará a pesar de algunos intentos aislados por lograr un acercamiento. Se pelearán por ser los interlocutores con el Gobierno y por la colonización de las seccionales. También por la legalidad representativa de cada central. Pero la batalla de fondo será por la sede de Azopardo. No es por capricho ni por la simbología del edificio, que remite al peronismo más puro y a viejas gestas sindicales. Adueñarse de su control es supervisar el patrimonio de la central, hoy con algunas cifras en rojo. Y es administrar el aporte mensual de fondos de los gremios afiliados, y contar con la documentación oficial y la personería gremial.

Conservar a su tropa gremial en las provincias es parte de la estrategia de Moyano. En el ajedrez sindical eso se traduce en poder de daño y presión. Aunque también obedece a darle sustento a su proyecto político y a la búsqueda de alianzas. Como sucedió anteayer en Santa Fe, donde subió al escenario de un acto de los camioneros al macrista Miguel Del Sel y a Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria..

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