La exagerada preocupación del sciolismo, por las formas en que se manifestó, sumado esto a la estridente queja de algunos intendentes, motivó reuniones entre sectores que, en la última reunión desarrollada en La Plata, derivaron en escenas de enfrentamiento verbal y, según algunas anécdotas, de intento de pugilato.

Pero ahora el grupo territorial pretende acercarse al moyanismo y de hecho tuvo a Moyano como uno de sus importantes protagonistas, quien escuchó atentamente los reclamos que ya forman parte de la agenda para el orden del día de la cumbre partidaria en Mar del Plata.

Ante la ineficacia de Scioli para reclamar al gobierno nacional, los intendentes confían en el poder de Moyano para comunicarse e influir en la Casa Rosada para que cese el excesivo apadrinamiento del actual diputado nacional, ex intendente de Morón y recientemente ingresado al kirchnerismo.

Una de las salidas sería el modelo "Massa", que identifica al intendente de Tigre, por el cual todo aquel que no comulgue con el sciolismo participe en internas abiertas, y la otra salida es la del efecto reglamentario, haciendo casi leoninos los requisitos para colectoras y para obtener bancas en la Legislatura y en Concejos Deliberantes.

El precio de la gestión de Moyano, quien por estas horas analiza estas propuestas, no será para nada bajo, sino que cobrará mayor cotización teniendo en cuenta que, a medida que pasa el tiempo, el pánico gana a muchos de los jefes comunales.

Ni lerdos ni perezosos, muchos moyanistas ya señalan que, en este marco, para sustentar una postura férrea y unida habrá que contemplar varias vacantes en cargos a salir en listas de legisladores provinciales y concejales para la Corriente Sindical Peronista

Las versiones señalan que entre los moyanistas ya se encuentra un sector de halcones que pretende entre un 33 y un 50 por ciento de los cargos a salir, y que por debajo de esas pretensiones se alarga el suspenso.

Portavoces bien informados del ámbito gremial indican que, en algunos casos, las negociaciones por listas han empezado antes de tiempo, allí donde los intendentes descuentan que Moyano, a quien ahora ven como un padre y no como un enemigo, hará las gestiones que correspondan para defender los intereses del PJ.

Sin embargo, muchos moyanistas ya piensan en una reparación moral y harán saber que no fueron gratuitos esos momentos de resistencia y de operación constante para impedir que el hombre fuerte de la CGT asumiera en la conducción del partido del oficialismo.

"Moyano tiene que ser considerado presidente en ejercicio, no sólo en momentos de pérdidas, sino también en las ganancias", dijeron en el entorno cercano al camionero.