De acuerdo con los informes que recibió el juez, quedó comprobado que el tren que conducía Julio Benítez ingresó al andén a una velocidad superior a los 12 kilómetros por hora permitidos, tal como había dicho el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, horas después de los sucedido.

Según los registros a los que accedió el magistrado, entre las estaciones de Paso del Rey y Merlo, la formación circuló a 65 km donde la velocidad máxima es de 60 km por hora; entre las estaciones de San Antonio de Padua e Ituzaingó, a 63 km por hora donde la velocidad era de 60km; entre las estaciones Castelar y Morón, a 68 km donde la velocidad máxima también es 60 km; entre las estaciones Morón y Haedo, a 63 km por hora, y entre las estaciones Haedo y Ramos Mejía, a 69 km por hora.

La situación de Benítez ya se había agravado ayer, cuando se determinó que la sangre que había en el disco de control arrancado de la cabina era la suya. Además, una pericia arrojó que posee una "personalidad psicopática".

El motorman sigue detenido y la semana que viene el juez define si lo procesa o no y por qué delitos. Por ahora son dos los delitos que se evalúan: el choque del tren y la sustracción del disco rígido. Así, podría ser procesado por "estrago culposo", "lesiones" y "sustracción y ocultamiento de pruebas".

Esta última imputación va en contra de las afirmaciones de La Fraternidad, que aseguró que el disco rígido había sido colocado por "gente extraña" en la mochila de Benítez. No obstante, el gremio que conduce Omar Maturano reconoció que en su trayectoria profesional Benítez protagonizó 18 arrollamientos, con igual número de víctimas mortales.