Un “motochorro” abatido en barrio Cofico

Un “motochorro” abatido en barrio Cofico

El supuesto malviviente intentó abordar a un hombre que había sacado una importante suma de dinero de Bacar.

 

El inusitado movimiento financiero por estos días en los comercios céntricos y las grandes superficies, además del pago de medio aguinaldo y bonos navideños, hacen que la fuerza policial se muestre preocupada por el accionar de “motochorros” y la actitud de algunos empresarios de movilizar sendas sumas de dinero sin alertar a la fuerza o al menos contratar adicionales como medida de seguridad.

«Hemos reforzado los principales puntos de la ciudad con el Operativo Fiestas, pero el movimiento es intenso», indicó un vocero policial.

Agregó que «se han incrementado los controles a motocicletas en actitud sospechosa», sin ocultar su preocupación por lo ocurrido ayer en barrio Cofico, que terminó con un supuesto ladrón muerto.

Tal punto de gravedad tuvo el episodio de la víspera, que el propio jefe de la Policía llegó al lugar para interiorizarse de lo ocurrido a minutos del mediodía.

Los primeros indicios de las pesquisas a cargo de las Divisiones Robos y Hurtos, y Homicidios de la Policía, los “motochorros” habrían “marcado” a su víctima, poco después que éste abandonara la sede de la transportadora de caudales Bacar, sobre la calle Santiago del Estero, donde retiró una fuerte suma de dinero que rondaría un par de cientos de miles.

Los malvivientes siguieron de cerca a su “presa” hasta mediados de la calle Lavalleja al 1.200, casi cruce con General Bustos, en barrio Cofico, donde lo abordaron sin importar el caótico tránsito de la “subida” a Alta Córdoba ni el movimiento de transeúntes que realizaban sus compras diarias.

«Fue cuestión de segundos», resumió un ocasional testigo que observó que uno de los malvivientes se bajó de la motocicleta y abordó a la víctima, que conducía un automóvil Renault Laguna. El ladrón le apuntó con una pistola 9 milímetros y le exigió primero la billetera, y luego el maletín.

En ese momento, acertó a pasar por el lugar un policía de civil, que realizaba tareas de comisionado de la Alcaidía, y observó la sospechosa situación.

La voz de alto fue el iniciador de un feroz intercambio de disparos, al menos una treintena, que hizo que los asustados vecinos comenzaran a correr o tirarse al piso. Uno de los sujetos cayó muerto con un tiro en el pecho, mientras su cómplice se dio a la fuga.

Según fuentes policiales se trataba de un individuo de 26 años, con frondosos antecedentes. El otro, a pesar del intenso operativo en las inmediaciones, no había sido detenido.

La víctima, de quien no trascendió mayores datos, resultó ileso. Un madre lloraba la muerte de su hijo, y los vecinos no salían de su espanto y asombro.

Otra vez, la sangre teñía las calles de la Córdoba violenta.

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