Morosos: Tres de cada diez mendocinos no pueden pagar sus deudas

Morosos: Tres de cada diez mendocinos no pueden pagar sus deudas

En todo Cuyo son 720.000 las personas que figuran como deudoras en el tan temido Codeme. La cifra representa el 32% de la población económicamente activa

 

tildarlos livianamente de deudores irresponsables?Sería irresponsable sí, olvidar que el año pasado la inflación rondó el 40% y que la mayoría de las paritarias estuvieron entre 5 y 6 puntos por debajo de ese porcentaje, lo que hizo que el poder adquisitivo se desplomara. Sin efectivo en los bolsillos, muchos echaron mano a las tarjetas de crédito, sin saber de los altísimos intereses que pagarían cada mes que sólo les alcanzara para abonar el mínimo. Otros cayeron en manos de los despiadados usureros o financieras.

Si a esto le sumamos el aumento nacional en servicios básicos (electricidad y gas), el combo se vuelve letal para cualquier economía hogareña y tal vez explique que a diciembre de 2016 los morosos de toda la zona Cuyo eran casi 720.000, lo que significa que más del 32% de la población económicamente activa , 3 de cada 10, no puede pagar sus deudas. Si bien la medición del Clearing de Créditos del Comercio de Mendoza (Codeme) incluye a deudores de San Juan y San Luis, la mayoría –no se explicitó que porcentaje– son mendocinos.

"La cifra subió el año pasado. Si bien no es un incremento exponencial, se notó. Igualmente estamos lejos de los registros de la crisis del 2001 y 2002", analizó Lorenzo Azcárate, presidente del Codeme, que maneja datos de negocios y financieras asociados de todo Cuyo.

Los registros a los que alude indican que durante aquella crisis que terminó en saqueos a supermercados y marcó la salida del ex presidente Fernando de la Rúa, el nivel de morosos que midió el Codeme trepó al 61%, según publicaron los medios.

Sin embargo, la cifra actual sí supera otros registros históricos y según el ex presidente Ricardo Lemir, desde 1994 hasta la crisis del 2001, los morosos rondaban el 12%.

Esa entidad, que tiene un registro de la población económicamente activa que se cruza con el padrón electoral y los datos que maneja el Banco Central de la República Argentina, también es quien informa a los negocios asociados el estado financiero de las personas que van a pedir créditos.

"Este último año nos llegaron muchas consultas de financieras, como es el caso de Confina, que tiene sucursales en varios departamentos y de las redes de electrodomésticos que son los que otorgan créditos más largos", confió Azcárate. En el registro que se hace mes a mes de esas consultas, se nota que los pedidos de créditos y compras cayeron en febrero del año pasado y repuntaron hacia octubre, manteniéndose hasta fines del 2016, lo cual responde, "a variaciones estacionales y a que hacia fin de año siempre se compra y se toman más créditos", explicó el titular de Codeme.

Cómo se entra y se sale de la lista

Es posible que cuando una persona saque un crédito no tenga en cuenta las consecuencias negativas que tiene incumplir con los pagos. No sólo con la entidad que lo otorga, sino también con otras empresas cuando quiera adquirir un bien o servicio y pagarlo en cuotas, porque con aquel incumplimiento ya se ganó el ingreso al registro de deudores.

Entrar a esa lista es muy fácil. De hecho el comercio puede ingresarlo al Veraz al día siguiente del incumplimiento del pago y ese dato llegará al Codeme, pero salir se hace un tanto más difícil, aún cuando se abone la totalidad de la deuda.

La Ley 25.326 de Protección de los Datos Personales o hábeas data establece que si el moroso cancela su deuda podrá exigir estar en esa lista sólo 2 años, pero si no lo hiciere, sus datos permanecerán en ese registro de deudores por 5 años, durante los cuales se lo considera un insolvente financieramente.

Hay que saber que el tiempo de extinción de la deuda se tomará a partir "de la fecha de la última información adversa archivada que revele que la deuda era exigible", según establece el decreto que reglamentó aquella ley.

Pongamos de ejemplo una mora respecto de una deuda que comenzó en marzo de 2002, y la última novedad "significativa" fue la promoción por parte del banco de un proceso de ejecución a fin de procurar su cobro, en setiembre de 2003. A partir de es momento debe comenzar a contarse el plazo.

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