Morón | La grieta de las campañas

Morón | La grieta de las campañas

Mientras el actual intendente reparte chapas, tirantes de madera, bolsas de mercadería con su nombre y presiona a las y los empleados municipales para que hagan campaña por su reelección en horario de trabajo; el candidato del Frente de Todos, Lucas Ghi, recorre los barrios y realiza charlas públicas en las plazas.

La principal diferencia en cuanto a modelos de ciudad entre Ramiro Tagliaferro y Lucas Ghi puede inferirse de los proyectos políticos nacionales a los que cada uno pertenece. Tagliaferro es un macrista de la primera hora y aunque por estos días intente mostrarse casi como un candidato vecinalista, sus estrategias para despegarse del presidente Mauricio Macri no dan resultado y sólo muestran una fuerte subestimación hacia la comunidad de Morón.

Ghi, por su parte, pertenece a una fuerza política (Nuevo Encuentro) que conduce Martín Sabbatella y que se reivindica kirchnerista aunque eso le haya costado perder las elecciones de 2013 y 2015. La diferencia no es menor, de un lado hay clientelismo y del otro convicción.

Esas características desiguales, que son visibles en la matriz de cada una de estas dos fuerzas política que hoy se disputan el distrito, también se traducen en la forma de encarar la campaña de cada uno de los dos candidatos.

Lucas Ghi decidió que su campaña este basada, sobre todo, en el mano a mano. El contacto directo y el rebote que ese contacto pueda generar en cada barrio es fundamental dentro del esquema de la campaña del Frente de Todos.

Un ejemplo claro de esto, son las mateadas en las plazas. Allí, Ghi se sienta junto a los vecinos y las vecinas, escucha cuáles son las principales demandas de esa porción de la comunidad y transmite sus propuestas para abordarlas desde el Estado local, si llegase a ser elegido.

Algo tan simple como esto, pero que al mismo tiempo constituye un grado muy elevado de política, no lo hace el macrismo de Morón. Por desinterés, por temor a cómo los puedan recibir los barrios, por incapacidad para dar las respuestas que cada tema necesita, o por decisión estratégica de campaña; más allá del motivo, lo cierto es que no se ve al intendente, Ramiro Tagliaferro, a la presidenta del HCD, Analía Zapulla, o al presidente del bloque macrista, Leandro Ugartemendía, sentados en las plazas hablando con la comunidad.

Existe en gran parte de la sociedad de Morón una percepción de lo que representa cada propuesta que se traduce en en la campaña que están llevando adelante. Los grandes carteles, los ataques a la oposición o el señalamiento y la acusación de “kirchneristas” a cualquier grupo que tenga una demanda legítima (médicos y médicas que piden insumos, maestras y maestros que piden mejoras en las escuelas, o comercios que piden ayuda) ya no sirven para tapar los problemas.

En las PASO, Lucas Ghi consiguió el apoyo de la mayoría de los moronenses. Más allá del resultado en las elecciones del 27 de octubre (todo indica que ese apoyo será aún más grande), la campaña ya es un acierto porque puso en el centro de la escena a la gente, a los y las que viven en los barrios y conocen los problemas reales. La campaña del Frente de Todos es nada más ni nada menos que hacer política y la propuesta es que gane la política.

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