Moreno controló hasta las bodegas de supermercados

Fue para encontrar productos “congelados” que falten en las góndolas
Hasta las bodegas y los centros de distribución logística. Hasta allí fueron entre el viernes y el sábado a la mañana los militantes políticos y los funcionarios de varias intendencias identificadas con el kirchnerismo, cumpliendo una orden de Guillermo Moreno: controlar que estén los 500 productos del congelamiento comprometido por los supermercados con el secretario de Comercio Interior; y si no están que sean reemplazados por otro igual o de mayor calidad y precio.

Moreno les había advertido personalmente vía telefónica entre el miércoles y el jueves a los representantes de Jumbo- Disco; Carrefour, Coto y WallMart; que si los productos no aparecían en las góndolas, dejaría de lado las promesas sobre que La Cámpora, Kolina, Movimiento Evita o similar no aparecerían por los locales, y que la fiscalización política quedaría como una anécdota. Como abundaron las denuncias e imágenes sobre la falta de artículos, especialmente los básicos como el aceite, azúcar, yerba y harina; el secretario envió un ultimátum: o los productos aparecían este fin de semana o no habría piedad contra los privados. Algo de esto pasó entre el viernes a la tarde y el sábado por la mañana, cuando militantes políticos y enviados de los intendentes más kirchneristas fueron liberados para que avanzaran sobre los supermercados con sus chalecos azules y la leyenda "Mirar para Cuidar". Éstos, siguiendo instrucciones precisas, no se contentaron con detectar los faltantes, sino que fueron más allá y pidieron ver las bodegas y almacenes de los locales, para ver si los artículos se encontraban stockeados en los mismo locales.

Sucede que la sospecha de Moreno es que los supermercados tienen los productos que faltan, pero los van racionalizando diariamente para que haya alguna existencia aunque mínima para cumplir con el compromiso de los 500 artículos. Por esto el secretario les dio mandato verbal a sus inspectores virtuales para que le informen vía telefónica en el caso que los artículos faltantes estén disponibles en los almacenes y bodegas de los supermercados o, en su defecto, en los centros de distribución logística que los privados tienen desparramados por el Gran Buenos Aires. Pero además Moreno quiso fiscalizar que de no haber stock, que se cumpla el compromiso del "Sí o Sí, por el cual deben existir los productos, y si no es de la marca pactada que sea de una similar o mejor y al mismo precio.

En este punto, los supermercados están preparando una respuesta por la cual señalan como los culpables de los faltantes a los fabricantes y distribuidores, asegurando que no aumentaron su oferta pese a que se sabía que los artículos de primera necesidad a precio congelado serían los primeros en ser demandados por los consumidores. La teoría supermercadista es que cuando la novedad del listado pase, no habrá problema en meses sucesivos en tener abastecidas las góndolas cuando la demanda sea más equilibrada.

Moreno igualmente tiene, según la visión de los privados, un problema para sancionar a los privados si se comprueban "faltantes especulativos", según él mismo llama a la falta de aceite, harina o similar en las góndolas. Sucede que no hay nada por escrito, con lo cual no se puede aplicar la Ley de Defensa del Consumidor, al menos en teoría. Desde la secretaría morenista se cree que la simple aparición de los listados por internet en las páginas de las empresas es un compromiso firme. Pero igualmente el secretario tiene otra arma para presionar: impediría la suba de precios de otros productos por fuera de los 500 acordados y trabaría "ad infinitum" cualquier tipo de producto importado, más si es premium, de donde los supermercados tienen una brecha de ganancias superior a los nacionales.

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