La visita del presidente Maurico Macri al norte del país se ha convertido en una vertiente de donde abrevan líneas políticas externas al oficialismo que hoy pretenden un acercamiento con el gobierno nacional a cualquier precio y sin temor a la condena del archivo.
La política es el arte de lo posible y en ese argumento se refugian la ambivalencia y el oportunismo de esta época.
Pero el pasado reciente y un inolvidable alineamiento kirchnerista estigmatizan ante la opinión pública a aquellos que buscan alejarse lo más rápido posible de la gestión anterior, aunque durante los últimos 8 años se identificaron plenamente con ese modelo y defendieron una política que no le trajo ningún beneficio a la provincia.
El macrismo, urgido por las necesidades legislativas y con el crédito al límite en el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia, ve en este escenario un terreno fértil para confinar los bastiones políticos del kirchnerismo y garantizar cierta calma al momento de tomar el toro por las astas en la ejecución de medidas de gobierno.
Macri y su equipo han dado muestras de que tienen un plan y que están dispuestos a cumplirlo, cambiando diametralmente el modelo de la gestión anterior. Tampoco son improvisados en el juego de los acuerdos políticos: el discurso es sumar y concertar, pero exigen pruebas de amor, que ya comenzaron a aparecer. El gobernador Juan Manuel Urtubey, un especialista en la materia, no podía estar ausente.
El salteño fue uno de los promotores -como lo fue antes funcionalmente al poder de turno- de la fractura del Frente para la Victoria y abrió la ventana para que el oficialismo se acerque al quórum en el Congreso. La "oposición constructiva" que pregona dentro del PJ tiene un sabor a alineamiento irrestricto y muchos ya lo advierten de esta forma.
El discurso del macrismo es sumar y concertar, pero exigen pruebas de amor y el gobernador Juan Manuel Urtubey es un especialista en la materia.
Si de algo sirve la experiencia anterior de los vínculos entre la Provincia con el gobierno nacional, se podría decir que esta es la oportunidad en la búsqueda de un despegue en la región. Inexplicablemente Salta tiene el ingreso per cápita más bajo del NOA en relación a los fondos nacionales; apenas 11.900 pesos contra los 24.800 de Catamarca, por ejemplo.
Macri estuvo en Tucumán y de allí se fue a Jujuy donde desplegó toda una batería de anuncios en obra pública, con plazos, inversiones y mano de obra dentro del Plan Belgrano que anticipa millonarias inversiones en infraestructura. Sin pausa, Urtubey movilizó a los intendentes para acompañar al presidente en su estadía en la vecina provincia.
Pero inobjetablemente es el gobierno de Jujuy el que consiguió la primera de las grandes obras anunciadas: la autopista de Güemes a San Pedro. Se licitará a mediados de año con un precio de 5000 millones de pesos y 2500 puestos de empleo. La tarea se concentrará en la vecina provincia, aunque la totalidad de la ruta 34 se extiende de norte a sur por todo el territorio salteño. La denominada "ruta de la muerte", en el tramo de Salta quedó relegada.
¿Qué consiguió Urtubey con la cantidad de fotos, viajes y presencia en los medios nacionales a fuerza de prensa y difusión paga? Hasta el momento y para la provincia, absolutamente nada. Sólo proyectó su figura, buscando en el PJ una caja de resonancia para sus ambiciones.
Pero en la práctica y dentro del partido consiguió los mismos resultados que para Salta. Relegó al PJ en muchas oportunidades y fue más complaciente, de acuerdo al momento, con el PRS y con el Partido de la Victoria, hoy fracturado a nivel nacional y con una banca salteña menos en el Congreso.
Urtubey ganó la gobernación con el apoyo de los partidos que en ese momento le fueron útiles, pero el justicialismo salió cuarto en la capital y perdió legisladores e intendentes. Tampoco tiene mucho para mostrar como conductor y representante del PJ.
Comentá la nota