La estructura del Molino Werner se deshilacha. Por el paso del tiempo y por la indefinición de un proyecto urbanístico que integre ese establecimiento, un ícono de la historia socio-cultural de la ciudad.
Las instalaciones, la planta central y las accesorias sufrieron el saqueo propio de un lugar abandonado.
La casa y las oficinas ubicadas en un sector, sufrieron el robo de las tejas en uno de los laterales. También de un tirante de hierro central, que sostenia la otra parte de un techo a dos aguas.
Durante la última lluvia, el lateral que se matenia en pie se arqueó. Perdió la línea y peligrosamente se sostiene sobre las paredes laterales. Ese edificio no tiene impedimiento alguno de acceso. Las puertas y las ventanas fueron robadas. En el lugar se juntan los jóvenes del barrio.
Las instalaciones del Molino Werner son una curiosidad para adolescentes y jóvenes que ingresan a sus instalaciones. Incluso recorren las cornisas y las escaleras de la precariua construcción.
En la actualidad, la Caja de Previsión Profesional es propietaria de esas instalaciones, pero no avanza ninguna solución urbanística sobre el lugar que permitiría la integración de los barrios y sectores ubicados al norte de la ciudad.
La refuncionalización de ese sector de la ciudad quedó en la nada. Desde los años ‘90 que las gestiones provinciales y las municipales debaten una solución urbanística. Incluso se realizó un concurso con ideas innovadoras que hoy duermen en un cajón. Ningún gobierno avanzó sobre concreciones. El edificio ya no resistiría una remodelación en su arruinada estructura.
En su discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, el intendente Luis Larrañaga aventuró que estaría en manos del secretario de Cultura Miguel García una salida para El Molino. Después el secretario de Gobierno José Sevilla remarcó ese anunció.
Mientras llega esa salida, es necesario prevenir y tomar medidas que refuercen la seguridad del lugar. Los incendios en El Molino ya mantuvieron en vilo a la ciudad. La posibilidad de derrumbe de la estructura en algunos sectores obliga a no descartar una demolición en alguna construcción cuyo rescate ya es una misión imposible.
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