De acuerdo a un cálculo de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), solamente en julio, por el diferimiento de $ 0,69 por litro de naftas y $ 0,43 por litro de gasoil del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), el Estado dejó de percibir unos $703 millones.

El costo al menos se duplica, ya que en junio el Gobierno había decidido postergar por un mes la suba del ICL, mientras que en marzo había desdoblado en dos el aumento, siempre con la intención de que las petroleras aumenten sus precios menos de lo que correspondía y ayudaran así a bajar la inflación.

A partir de hoy se debería aplicar el incremento impositivo restante ($ 0,69 por litro de naftas y $ 0,43 por litro de gasoil), pero según fuentes del sector se desdoblaría otra vez, y subiría $ 0,34 en naftas y $0,22 en gasoil.

Hasta el cierre de esta edición, la Secretaría de Energía no había comunicado formalmente su decisión, que tendrá impacto en las cuentas de las refinadoras y podría desembocar en un aumento de los combustibles.