Se cae el “mito del 17”: las expectativas inflacionarias llegan al 30 por ciento en el Conurbano

Los datos surgen de un relevamiento del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Di Tella. La media nacional es del 25 por ciento pero se calienta en el Gran Buenos Aires. En 2016, se percibió una inflación de 40 por ciento.

El escepticismo en torno a las metas que el Gobierno plasmó en el Presupuesto, y que se viene intentando utilizar en las negociaciones paritarias con gremios estatales y privados, revela algunos nubarrones negros en la planificación económica para el año electoral. Las subas en las tarifas de los peajes y de los principales servicios públicos, además de los incrementos en el precio del combustible, parecen pesar más que la prédica del macrismo.

A pesar de las expectativas del Gobierno y de los esfuerzos para convencer a todo el país, la meta inflacionaria de 17 por ciento no cala demasiado hondo. Así lo revela un estudio del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Di Tella, que, mes a mes, publica un sondeo de “expectativas de inflación”.

Según ese estudio, en enero, la expectativa inflacionaria para 2017 llega al 25 por ciento, según el promedio de las respuestas recogidas. En la distribución regional, consigna el informe, “las expectativas de inflación aumentan en la Capital Federal y se mantienen para el Gran Buenos Aires y el Interior del país con respecto a diciembre”.

A nivel nacional, la expectativa está en torno al 29 por ciento; en Capital, en el 28.1 por ciento; en el Gran Buenos Aires, al 30.5 por ciento, y en el interior en el 27.5 por ciento. “De acuerdo al promedio, las expectativas de inflación aumentan para los sectores de ingresos altos y caen levemente para los sectores de ingresos bajos”, consigna la medición. Respecto de 2016, el CIF relevó que la percepción de la inflación se ubicó en el 40 por ciento.

El escepticismo en torno a las metas que el Gobierno plasmó en el Presupuesto, y que se viene intentando utilizar en las negociaciones paritarias con gremios estatales y privados, revela algunos nubarrones negros en la planificación económica para el año electoral. Las subas en las tarifas de los peajes y de los principales servicios públicos, además de los incrementos en el precio del combustible, parecen pesar más que la prédica del macrismo.

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