Siempre envueltas en el misterio, las vacaciones de Scioli comenzaron el jueves por la noche, junto a su mujer, Karina Rabolini. Ambos partieron desde San Fernando, con Niza como destino final, y escalas en Recifre (Brasil) y Canarias.

Como publicó INFOCIELO el pasado jueves, la información oficial respecto del viaje de Scioli es poca, y suscita trascendidos de todo tipo. Se barajó, por ejemplo, que podría asistir al partido de la Selección Argentina para el partido de Cuartos de Final frente a Bélgica, o en todo caso, si es que la albiceleste pasaba -como finalmente ocurrió- a las semifinales de la Copa del Mundo que se lleva a cabo en Brasil.

Sin embargo, con el correr de los días empezaron a conocerse algunos datos del derrotero del ex motonauta: Por ejemplo, que no viajó en avión de línea: por el contrario, abordó un jet privado, matrícula LV CNW, que las malas lenguas vinculan con Gustavo Carmona, empresario aeronáutico que llevaba a pasear, entre otros, a Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte de la Nación, acusado de corrupción.

El plan del Gobernador, trascendió, incluiría días de navegación en el Mediterráneo. Nada como los atardeceres de la Costa Azul para olvidarse del ajetreo diario, de las raciones recortadas de los comedores escolares o de las minucias legislativas en torno al ya salvado debate de Policía Local.

Scioli, hombre de agua, se embarcará en el yate Bravura, que sería propiedad del empresario multimillonario Eduardo Eurnekian -el hombre que maneja las rutas del principal corredor turístico de la Provincia-, según indicaron distitnas fuentes a este portal. La travesía náutica incluye, además, una visita al Lago Di Como, en la Lombardía, Italia, tras lo cual se someterá a una revisión médica de su brazo amputado.

Difícilmente se conozcan más detalles de la travesía del Mandatario bonaerense, como ocurre todos los años. Es que, pese a que propios y extraños lo reconocen como hombre de diálogo, de ciertas cosas prefiere no hablar.