Miles de personas homenajearon a "El Pato" Morresi

Miles de personas homenajearon a "El Pato" Morresi
Desde las 11.00 y hasta pasadas las 18.00 vecinos de San Pedro y personas que llegaron desde distintos puntos del país recordaron al automovilista sampedrino a 20 años de su desaparición física. En un día que será histórico, Fernando "Pichi" Iglesias fue el encargado de conducir la última Chevy del piloto de nuestra ciudad acompañado por Juan María y Paula Morresi, hijos del Pato. Del homenaje participaron agrupaciones seguidoras de Chevrolet y Juan María "El Flaco" Traverso.

Miles de personas se reunieron este domingo desde las 11.00 frente a las puertas del museo "Osvaldo Pato Morresi", cuando una caravana de autos y camionetas marca Chevrolet ingresaron en por calle Mitre y recorrieron la arteria principal de la ciudad hasta llegar a las inmediaciones del museo.

Durante la tarde, amigos, familiares y fanáticos de la marca se acercaron hasta el lugar, donde Paula Morresi, hija del Pato, encabezó el homenaje que fue dirigido por el conductor de Volantes y Motores, Alejandro Todone.

Paula, junto a la Agrupación "Osvaldo Pato Morresi", entregó reconocimientos a las agrupaciones que llegaron desde distintos puntos de la provincia y del país. Juan María "El Flaco" Traverso llegó en representación de la Asociación Argentina de Volantes y compartió parte de acto junto a los hijos de Morresi.

El mismo fue seguido de cerca también por la transmisión de Pistas Argentinas, que recordó al Pato desde Concordia, Entre Ríos, donde se disputó la cuarta fecha del campeonato del Turismo Carretera. Los dos momentos más emotivos de la jornada fueron, sin lugar a dudas, los que marcaron este día como histórico.

Por primera vez, luego del accidente, la última Chevy del Pato circuló por las calles de la ciudad, conducida por Fernando "Pichi" Iglesias, primero junto a Juan María Morresi, y luego, cerca de las 17.00, junto a Paula. El motor del "chivo" rugió varias veces antes de comenzar a girar, "Pichi" pisaba el acelerador y lloraba.

Entre las lágrimas, los gritos y aplausos del público cuando la máquina comenzó a rodar, el grito de "Vamos Pato carajo" se replicaba entre los fanáticos, incluso algún grito ahogado, disfónico, de la emoción. Veinte años pasaron de la desaparición física del máximo ídolo sampedrino, que hoy, a dos décadas, sigue más vivo que nunca.

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