Milani, con abogado nuevo y otra estrategia en su defensa judicial

Milani, con abogado nuevo y otra estrategia en su defensa judicial

Ahora lo defiende Feldman, que patrocinó a víctimas de la represión ilegal

Con la apertura del local La Tía Tola, la fábrica de panchos que abrió en Ingeniero Maschwitz, el ex jefe militar kirchnerista César Milani no sólo cambió de rubro. También cambió de abogado y de estrategia para enfrentar las causas por delitos de lesa humanidad en La Rioja y en Tucumán.

Desde hace un mes lo patrocina el abogado rosarino Gustavo Feldman, quien luego de la feria judicial planteará ante el juez federal de Tucumán Daniel Bejas que investigue una nueva hipótesis en el caso de la desaparición del soldado conscripto Alberto Ledo, causa que tiene a maltraer a Milani.

"Estoy convencido de su inocencia, por eso lo defiendo", aseguró a LA NACION Feldman, quien también cruzó de vereda, ya que hasta ahora había intervenido en causas de derechos humanos en defensa de víctimas de la represión ilegal.

Feldman representó a la querella en el juicio por el secuestro y torturas del dirigente sindical Manuel Casado, por el cual fueron condenados el teniente coronel Rubén Osvaldo Cervera y el capitán Hugo Horacio Maderna, ex jefes de un batallón militar, que también fueron interventor y secretario de Gobierno, respectivamente, en el municipio de San Lorenzo; así como el abogado Pedro Rodríguez. Fue la única condena por delitos de lesa humanidad en el cordón industrial santafecino.

También fue abogado de Carlos Ávalos y Edilio "Didí" Quiroga, militantes de la Juventud Peronista de la ciudad de San Lorenzo en los años 70. Feldman tiene cuatro libros publicados sobre la aplicación de las pautas internacionales de los derechos humanos y actuó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

"Yo estoy siempre del lado de la persona que recibe la injusticia", dijo el abogado al explicar a LA NACION por qué cambió y defiende ahora a un militar acusado de la desaparición de un soldado.

No quiso revelar cómo el ex hombre fuerte de la inteligencia militar se puso en contacto con él, luego de desistir de la representación del defensor oficial Adolfo Bertini.

La principal carta de Feldman en el caso Ledo es plantear al juez Bejas el antecedente del caso Germán Cantos, un soldado conscripto desaparecido en Santiago del Estero en 1977, en circunstancias similares a Ledo. "En esa causa, el propio Bejas nunca citó, ni siquiera como testigo, al subteniente que libró el acta", argumentó el abogado de Milani.

Insistió en que en el caso Cantos "sólo fue imputado y procesado el jefe de la unidad militar". "En ninguno de los 55 casos en los que se labraron actas de deserción hubo una imputación penal contra el oficial o suboficial que labró el acta", expresó.

De acuerdo con varios testimonios recogidos en los casos de delitos de lesa humanidad, la figura de "desertor" incluida en una acta en las unidades militares era una de las formas utilizadas para encubrir las desapariciones forzadas. La firma de Milani en el "acta de deserción" lo implica directamente en la desaparición del conscripto Ledo,

"Milani nunca dijo que confeccionó o firmó el acta que se labró cuando el soldado Ledo no acudió a su unidad militar", dijo Feldman, quien desestima que el acta de deserción pueda ser considerada una prueba, porque "se trata de una simple fotocopia".

La nueva hipótesis que el abogado de Milani pedirá investigar se basa en la teoría de la "autoridad de coordinación", que refiere a un "modus operandi de actuación militar que supera a las modalidades de control operacional y de mando operacional", explicó Feldman, que asumió la defensa junto a Mariana Barbitta.

En la última semana de junio, la defensa de Milani logró un respiro en la causa que se le sigue en La Rioja por los delitos de torturas agravadas y allanamientos ilegales contra el dirigente Ramón Alfredo Olivera y su padre. El juez federal Daniel Herrera Piedrabuena había citado a indagatoria al militar, pero sus abogados pidieron la suspensión de la audiencia y que se declare la nulidad de la citación, lo que postergará el proceso.

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