Miguel Isa le regaló casi 70 millones a la Universidad Tecnológica Nacional

Miguel Isa le regaló casi 70 millones a la Universidad Tecnológica Nacional

Es el costo que implicó para la Municipalidad el convenio para la ejecución del Programa Integral de Tránsito que implicó semáforos inteligentes y cinemómetros fijos y móviles.

$70.000.000. Ese es el monto que abonó la Municipalidad de Salta a favor de la Universidad Tecnológica Nacional por la instrumentación del Programa Integral de Tránsito, Seguridad Vial y Movilidad Urbana Sustentable y que implicó la instalación de semáforos inteligentes, cinemómetros fijos y móviles y que, en consecuencia, sólo se trasladó a la instrumentación de fotomultas.

El Programa Integral de Transito, Seguridad Vial y Movilidad Urbana Sustentable fue presentado como una de las iniciativas más ambiciosas de la gestión municipal de Miguel Isa para ordenar el transito en la ciudad pero ninguno de los aparatos está en funcionamiento porque la UTN se llevó hasta los cables.

Entre las numerosas curiosidades del convenio, preveía la elaboración de un Plan de Educación Vial, un Plan de Difusión y Concientización Ciudadana, la creación de un Observatorio de Tránsito y la Seguridad Vial. Nada de ello está en funcionamiento.

Además, especificaba que debía realizarse un relevamiento de puntos negros o zonas de conflicto, instalación, mantenimiento y actualización tecnológica de 45 semáforos inteligentes, 8 cinemómetros fijos y móviles, 6 controles de semáforos que avisen sobre violación de luz roja, 6 controles de invasión de senda peatonal, 20 equipos de mano para control de estacionamiento, 4 equipos móviles para control de estacionamiento y 3 equipos de control de luces encendidas; servicios de logística; implementación y operación de un sistema informático para procesar infracciones de tránsito y el desarrollo de un sistema de seguimiento de notificaciones y cobranzas. Otra vez, nada de lo enumerado está en funcionamiento.

Casi $70.000.000 se llevó la Universidad Tecnológica Nacional hasta que la nueva gestión municipal decidió finalizar el contrato. En aquella oportunidad, la UTN decidió también apropiarse de las multas que había realizado la Municipalidad y también se las llevó. El costo de la inoperancia (voluntaria o involuntaria) es altísima y, como siempre, la pagamos entre todos. 

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