Miceli no declaró y se fue sin explicar el origen del dinero

Miceli no declaró y se fue sin explicar el origen del dinero

La ex ministra de Economía afirmó que "más adelante" dará su versión sobre la aparición de $ 100.000 y US$ 30.000 en su despacho

Por Hernán Cappiello |

Arqueó la espalda e hizo un gesto de dolor. Se acomodó el cabello, levantándolo desde la nuca, y así se irguió en la silla, como si estuviera dispuesta a declarar. Parecía impaciente por rechazar las acusaciones que había escuchado durante una hora y media tomando nota y explicar por qué fue encontrado en el baño de su despacho del Ministerio de Economía un sobre con 100.000 pesos y un poco más de 30.000 dólares, hace cinco años, lo que la convirtió en la primera ministra del kirchnerismo enjuiciada por un supuesto delito de corrupción.

Pero decepcionó. Felisa Miceli sólo afirmó ante los jueces que la juzgan : "Escuché contradicciones en las acusaciones, pero voy a esperar a más adelante para declarar. Soy inocente de todas estas cosas y espero que se aclaren acá. En este momento no voy a contestar preguntas y mis abogados me dijeron que podía hacerlo en otro momento. Preferimos esperar y ver cómo se va a desarrollar esto".

Así arrancó ayer el juicio en su contra donde está acusada de los delitos de encubrimiento agravado, dado que era funcionaria. El fiscal presume que el dinero en su poder proviene de un delito. Además está acusada de destrucción de pruebas, como lo es el acta policial donde se dejaba constancia del hallazgo, que, según la acusación, Miceli hizo desaparecer. Juntos suman una pena máxima de 10 años de cárcel.

La ex ministra de Economía, no obstante, afirmó que desde noviembre de 2007 trabaja con las Madres de Plaza de Mayo, donde dirige el Centro de Estudios Económicos que depende de la universidad del organismo de derechos humanos y realiza consultorías privadas para pymes. Estas tareas le reportan un ingreso mensual de entre 25.000 y 28.000 pesos, declaró.

Como es habitual con los acusados, el presidente del Tribunal Oral Federal N° 2, Jorge Gorini, le pidió que hiciera un síntesis de su currículum, desde atrás para adelante o al revés. Miceli, que tuvo que dejar el Ministerio de Economía por este escándalo, admitió: "Mejor desde la juventud, fueron tiempos más agradables", y contó su vida profesional. Los otros dos jueces, Rodrigo Giménez Uriburu y Jorge Tassara, la seguían atentos.

Como Miceli no declaró, se leyó la exposición que hizo durante la investigación del caso ante la jueza María Servini de Cubría y un escrito que presentó para defenderse. Allí rechazó que esa plata proviniera de un delito: dijo que la denuncia periodística del diario Perfil, mediante la cual se conoció el hallazgo de dinero, era parte de una campaña para perjudicar al Gobierno cuando se estaba disputando la segunda vuelta de las elecciones porteñas de 2007.

Además, Miceli dijo que se pretendía su renuncia y evitar que avanzara con la suspensión de pagos supuestamente indebidos que realizaron funcionarios del Ministerio de Economía al grupo Grecco.

Vestida con una blusa blanca y un saquito gris y blanco, Miceli se calzó unos anteojos gruesos de marco blanco y tomó nota de las acusaciones del fiscal. En su indagatoria rechazó las imputaciones: aseguró que parte del dinero en pesos encontrado se lo había prestado su hermano José y los dólares, su amiga Mónica Orfeo.

También dijo que con esa plata pensaba comprarse una casa y que no tuvo tiempo de depositarla en el banco, y por eso la dejó en su despacho. La acusación cuestiona que no la hubiera puesto en su caja fuerte, donde sus secretarias podían verla, y que Miceli primero dijo que la plata se la había dado su hermano Horacio. La ex ministra argumentó que lo hizo para no exponer a José ante los medios, pues estaba delicado de salud.

Otra contradicción está dada por el embalaje de los 100.000 pesos. El acta policial señala que era un "ladrillo" termosellado con nylon, con una etiqueta con el numero de lote 38057 B30. El BCRA informó que le mandó ese paquete a la financiera Cuenca, investigada por lavar dinero y cambiar cheques.

Pero Miceli dijo que puso los pesos en una bolsa de nylon común que sacó de su casa y que la termoselló de manera casera. No vio, dijo, el número de lote del BCRA. Explicó que después le ordenó a su secretaria que rescatara el acta original que labraron los policías -que encontraron la plata en su baño, cuando revisaban que no hubiera explosivos- porque entendía que le correspondía tenerla.

Se la dieron, pero un oficial precavido sacó una copia y la firmó para certificarla. El hallazgo, así, quedó documentado..

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