La llegada de Javier Bee Sellares (actual presidente del bloque de concejales) de Hugo Romero (intendente de Villa de Soto) a las secretarías de Gobierno y Economía, respectivamente, más la continuidad de Alberto Giménez en la Secretaría General, son los aspectos salientes de la reconfiguración de gabinete que dispuso el intendente de Córdoba, Ramón Mestre.

Los cambios sobrevinieron tras el pedido de renuncia que el intendente formuló a todos sus colaboradores el pasado viernes, para mostrar un gesto de renovación de cara a los crecientes cuestionamientos que sufre la gestión.

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El cambio de rol de Bee Sellares impondrá un reacomodamiento en el Concejo, ya que era la primera espada legislativa de Mestre. Hasta anoche no estaba definido cuál de los ediles tomará esa posta.

También se destacan el arribo al Ejecutivo de Gabriel Acevedo (exfuncionario de Rubén Martí) a Salud, y el ascenso de Mariano Font, actual director de Audiencias, a la estratégica Secretaría Privada, puerta de acceso directo al despacho del intendente.

Estas modificaciones tuvieron como contracara la salida de todos los funcionarios que en los últimos meses habían quedado bajo sospecha por presuntos hechos de corrupción o faltas de orden ético.

Se trata de Juan Pablo Ostanelli (Privada), Juan Pablo Díaz Cardeilhac (Transporte), Sergio Torres (Economía) y Facundo Cortés Olmedo (Gobierno). También se fueron Néstor Costamag­na (Salud) y Mariano de Juan (Desarrollo Urbano).

A su vez, mantuvieron sus cargos y fueron ratificados los secretarios Gabriela Faus­tinelli (Ambiente), Francisco Marchiaro (Cultura), Brenda Austin (Educación), José Fernández (Control y Fiscalización), Diego Frossasco (Legal y Técnica) y el asesor letrado, Marcelo Rodríguez Aranciva, además del ya mencionado Giménez (General).

Los cambios serán oficializados recién hoy por el intendente, que convocó a todo su equipo a las 7.30 en el Palacio 6 de Julio para formalizar la toma de juramento de cada uno de ellos.

En el nuevo organigrama, en tanto, hay una modificación que, al menos para el oficialismo, pretende ser relevante.

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Lo que era Desarrollo Urbano, se desdobla en dos secretarías: Planeamiento y Desarrollo Estratégico, que absorberá todo lo concerniente a obras privadas, urbanismo, planes y proyectos, bajo el comando de Juan Giunta, que ya llevaba tareas similares de planeamiento, ­aunque bajo la órbita de Eco­nomía; mientras que Infraestructura está llamada a ser la piedra angular del nuevo organigrama mestrista, que quiere darle una fuerte impronta territorial a la gestión.

Esta área será conducida por Héctor Di Forte, actual subsecretario de Planeamiento, y concentrará todas las tareas operativas: vialidad, alumbrado, cloacas, gas, arquitectura, entre otras.

En Transporte, en tanto, Mestre apostó por no cambiar de caballo a mitad del río, e hizo subir un escalón a quien hasta ahora era subsecretario del área, César Ferreyra, para que asuma como secretario.

Se trata de un técnico que diseñó el actual esquema y que no estaba rozado por sospechas de corrupción como su superior, Juan Pablo Díaz Cardeilhac.

Desde el Ejecutivo dejaron trascender que el borrador con los nombres del nuevo gabinete estuvo prácticamente terminado en la tarde-noche del pasado sábado, y que ayer sólo se hicieron los últimos retoques.