La concejala opositora Victoria Flores critica los cinco años de gestión del intendente Mestre. Dice que Córdoba se ha estancado y no arranca.
La gestión del Intendente Ramón Mestre lleva cinco años y ya no puede excusarse en una pesada herencia, ni buscar responsables de sus propios déficits.
El balance de la gestión municipal, hasta ahora, nos muestra el peso de su propia herencia: deudas estructurales pendientes provocadas por una visible falta de gestión. Basta con salir a la calle y ver que las cloacas siguen siendo un problema no resuelto en la ciudad; que el transporte está lejos de ser la revolución prometida y con un costo altísimo para el vecino; que la basura se acumula y que el servicio de recolección, privatizado en su primera gestión, pretendió mejorar con la creación del polémico ESOP y terminó siendo el servicio más caro y burocrático. Hoy hay cinco organismos entre empresas y áreas municipales para dar respuesta a un servicio que se prestaba con Crese.
Los espacios verdes son una caja negra de empresas privadas contratadas, a la que destina más de 400 millones por año y los yuyos están cada vez más altos; la salud municipal está en coma, no hace falta más que recorrer los dispensarios para comprobar que la atención depende solamente de la predisposición del médico a cargo.
Mestre no ha logrado arrancar la gestión en los ejes centrales de crecimiento y planificación de la ciudad, y la realidad indica que después de cinco años, Córdoba sigue estancada.
Como oposición contribuimos aportando ideas a la gestión municipal, aún en los disensos. Y más allá de las dificultades y obstáculos que tenemos en un Concejo Deliberante que impone su mayoría automática oficialista, seguimos apostando al diálogo. Por los próximos tres años Mestre es el intendente y los vecinos necesitan de todas las fuerzas políticas trabajando para sacar adelante esta ciudad.
Comentá la nota