Mestre y la Capital, las preocupaciones del PRO

Hay malestar en el mestrismo por la valoración que realiza el PRO de la gestión en la ciudad.

 

Primero la Capital, segundo la provincia y tercero los comicios legislativos de este año.

Ese es el orden de prioridades que les asigna el PRO cordobés a las contiendas electorales por venir.

Sobre la base de esta premisa se articulan los movimientos en Córdoba del partido de gobierno nacional, soporte fundamental, junto a la UCR, de Cambiemos. Conocer esta secuencia ayuda a entender hacia dónde apunta el macrismo.

 

“Nuestro temor es perder todo, incluida la Capital, que es la situación de hoy”, describe con pesimismo un referente de peso entre los amarillos.

 

“No nos queremos suicidar con nadie. Retener la ciudad de Córdoba para Cambiemos es el principal objetivo. En segundo orden está disputar y ganar la gobernación, pero sin atarnos a nadie. Y recién en tercer lugar está la lista de este año”, cierra el planteo.

Algo parecido, referido a la situación en la ciudad de Córdoba, expuso ante los presentes en la última reunión de la Mesa de Cambiemos el jefe de los diputados del PRO, Nicolás Massot.

El referente macrista aprovechó la ausencia de Ramón Mestre para compartir su “preocupación” sobre la realidad del espacio en la principal ciudad gobernada por Cambiemos.

“Al paso que vamos, será difícil retener la ciudad en 2019”, expuso Massot, conocedor de que esa frase iba directo al mentón mestrista. Estaba flanqueado por Mario Negri, dos aguadistas que participaron del encuentro –el tribuno de cuentas provincial Esteban Bría y el intendente de Saldán, Luis Azar– y un representante del juecismo.

La relación entre Massot y Mestre nunca superó el umbral de “llevadera”. Se inició a los tumbos con el joven representante del PRO sellando una sociedad en 2105 (y que cada vez es más sólida) con dos adversarios internos del intendente: Oscar Aguad y Rodrigo de Loredo.

Luego, con la llegada al poder de Mauricio Macri esa tensión inicial se aplacó, aunque nunca llegó a transformarse en un 
vínculo de confianza mutuo.

Ahora, con la disputa electoral lanzada y puntos de vista divergentes sobre los pasos a seguir, las diferencias afloraron con fuerza. Hace semanas que no cruzan un llamado. Deberían volver a verse el miércoles próximo, día pautado para retomar el diálogo institucional en Cambiemos.

Después de pasar en silencio toda la semana en la que el gobernador Juan Schiaretti debió capear varios frentes de tormenta, Mestre elevó la voz para cuestionar el rol de Unión por Córdoba y la responsabilidad que le cabe al oficialismo provincial por la situación social, tras conocerse que cuatro de cada 10 cordobeses que viven en el Gran Córdoba son pobres.

El intendente dejó el mutismo en momentos en que sus asesores repasan encuestas que lo muestran con algunos puntos menos de imagen negativa respecto de finales de 2015, aunque aún muy lejos de los guarismos con los que sueña para poder disputar con chances la gobernación dentro de dos años.

Premio posible y “pacto”

Con Mestre imposibilitado por ley de continuar en el Palacio 6 de Julio, el PRO cordobés y sus socios radicales ven la intendencia capitalina como el principal premio posible para 2019.

Cerca del intendente, en tanto, denuncian por lo bajo la existencia de un pacto político no escrito cerrado entre Macri y Schiaretti para que nada se altere en el próximo recambio provincial. Y señalan a ministros nacionales y a Massot como parte de ese supuesto acuerdo.

“Es mentira que arreglamos con Schiaretti”, retrucan los amarillos. “Lo que no tiene que pasar es que se repita el eterno acuerdo de ‘dejame la Capital que yo te dejo la provincia’ del que nunca participó el PRO y del cual el radicalismo tendría que explicar su rol en todos estos años”, contragolpean desde la casona macrista ubicada en Deán Funes casi esquina Vélez Sársfield.

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