El gremio de los choferes del transporte urbano de pasajeros sigue siendo uno de los principales escollos para la gestión del intendente Ramón Mestre. En los dos meses que lleva al frente de UTA la nueva conducción de Ricardo Salerno, ya fueron numerosas las asambleas sorpresivas y paros parciales decretados en las empresas afectando los servicios y, por ende, a los usuarios. Desde el sindicato aseguran que el principal desafío es terminar con la precarización laboral, sobre todo, en Ersa y Autobuses Santa Fe. De hecho, esta semana hubo medidas de fuerza en la última empresa para reclamar, según el sindicato, problemas con las liquidaciones salariales, irregularidades con las ART y con el pago de la obra social, entre otros puntos. Ese mismo día, UTA había lanzado por anticipado un paro de 24 horas para el 27 de marzo “para que la Municipalidad haga cumplir con los pliegos”. A la lista de reclamos, los choferes le suman los problemas con las frecuencias que generan -dicen ellos- enfrentamientos con los propios usuarios.   

Considerando que el sistema de transporte mejoró en este primer año de puesto en marcha el nuevo esquema, el secretario del área municipal, César Ferreyra, dijo hace unos días que el gremio no tiene motivos para realizar paros intempestivos y habló de “un planteo político del gremio en contra del nuevo sistema”. Los choferes insisten que son muchos los incumplimientos por parte de las patronales que van desde lo salarial hasta la falta de infraestructura en las puntas de líneas. 

Lo cierto es que ayer hubo una audiencia en el Ministerio de Trabajo de la Provincia en la que participaron representantes de las distintas empresas. Allí se acordó, entre otras cosas, conformar dos mesas de trabajo en Ersa y Autobuses respectivamente, para seguir de cerca los problemas. “Esas mesas integradas por delegados y miembros de la junta ejecutiva de UTA, identificarán los problemas con las liquidaciones, por ejemplo, y la empresa deberá en 48 horas normalizar los depósitos”, explicó Julio Díaz, vocero del sindicato. De esa manera, dijo, regularizar algunas situaciones y evitar las protestas de los trabajadores. 

Al menos por los próximos días rige una tregua implícita entre los choferes y las concesionarias por lo que los usuarios no deberían ser sorprendidos en las paradas con nuevas medidas de fuerza.