Aunque las encuestas los muestran alejados de la polarizada disputa por el primer puesto para las elecciones presidenciales, los candidatos que pregonan el fin de la grieta no se quedan atrás en la producción de propuestas de gobierno. Tales los casos de Roberto Lavagna, el peronista de Cosenso Federal que explora la “tercera vía”; el ultraliberal José Luis Espert, que va por el partido Unite, y el trotskista Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda Unidad. A saber:

Consenso Federal

 

Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, es factótum de las propuestas de su frente, aunque cuenta con una mano derecha joven y eficiente: Carlos Hourbeigt. Para combatir la espiral inflacionaria, el dúo plantea, para el corto plazo, “crear un Consejo Económico Social, para hacer acuerdos de precios, productividad y salarios”. A largo plazo, creen que debe recuperarse el equilibrio fiscal y tener una política monetaria sana que permita bajar las metas inflacionarias.

A l a vez proponen , un tipo de cambio competitivo “que no se atrase contra la inflación”. En ese aspecto, son afines a fijar bandas acotadas en un principio y liberarlas con el tiempo. A la par, “bajar fuertemente las tasas de interés”.

En materia de deuda, considera que el propio Mauricio Macri debería iniciar una renegociación con el FMI para poder despejar los vencimientos de los próximos 4 años. “Es inevitable fijar nuevos plazos”, aseguran los cerebros de la “tercera vía”. Mientras que impulsarían el consumo, la inversión y las exportaciones como pilares pilares del crecimiento. “Hay que ponerle plata en el bolsillo a la gente”, repite el candidato. Una fórmula sería la de bajar el IVA a alimentos de la canasta básica.

En materia impositiva, dispondría la “tasa cero” en Ganancias para las pymes. En tanto que fomentaría el empleo mediante la “movilización de recursos ociosos”, a la vez que crearía una agencia nacional de capacitación, que coordine todos los programas existentes y firme convenios con sindicatos y organismos privados. “Las tarifas deben moverse al ritmo del salario”, es otra de las consignas.

Para la contención social, Lavagna cree que frente al crecimiento de la pobreza deben sostenerse los planes sociales, para llevarlos gradualmente a su “sustitución con puestos de trabajo”. En el frente externo, apunta a “recuperar mercados de Estados Unidos y la Unión Europea,e incrementar el comercio con China, al tiempo de “fomentar lazos de complementariedad” con Brasil.

Contra la inseguridad, Consenso Federal considera necesario “un programa para la profesionalización de las fuerzas de seguridad “, bajo el lema de “ni gatillo fácil ni debilidad”.

Unite-Lista Despertar

Para otro economista en carrera, José Luis Espert, la inflación, la pobreza y los problemas de empleo, entre otros, “son consecuencia de un sistema, que es el que hay que cambiar”.

Alega que “por eso me quisieron bajar. Porque soy el único de los presidenciables antisistema”. Más allá de esa proclama, en los concreto considera que “hay que terminar con el proteccionismo industrial, el Estado presente, y el modelo sindical de Mussolini por uno de economía totalmente abierta al mundo”.

Por tal motivo, postula “un Estado de tamaño razonable y leyes laborales amigables con el empleo”. Avisa que en las dos semanas previas a las PASO caminará grandes centros urbanos para tomar contacto con las demandas de la gente, sobre la de los jóvenes y las de electores del macrismo desencantados con la gestión.

Frente de Izquierda Unidad

El equipo de Nicolás del Caño propone “dar vuelta las prioridades de la economía”. Sostiene que al tope debe estar la defensa de los ingresos “de las mayorías”, para que el salario mínimo “alcance para cubrir la canasta familiar”.

También planea la actualización automática de salarios por inflación, eliminación del IVA de la canasta familiar, abolición de Ganancias para asalariados y que todos los jubilados tengan un haber mínimo que les alcance para vivir (ahora $ 31 mil).

Al mismo tiempo, si gana, el candidato anularía tarifazos y nacionalizaría las empresas de servicios públicos bajo gestión de sus trabajadores y el control de los usuarios. Además, prohibiría los despidos y repartiría las horas de trabajo disponibles entre ocupados y desocupados.

Del Caño considera que tales prioridades “se contraponen con mantener al país bajo el régimen del FMI” y también son antagónica con sostener el pago de la deuda. Frente a lo que define como “una especulación con el dólar”, plantea crear un banco nacional único. En materia de seguridad, rechaza lo que denomina “la doctrina Chocobar”. Cree que “la solución no está en fortalecer el poder de las fuerzas de seguridad en detrimento de las libertades democráticas de la sociedad