Salma Ochoa, la nena de 11 años que cayó desvanecida con el rayo que golpeó en las playas de Villa Gesell, se recupera. La chiquita puntana todavía no sabe que su hermana de 16, Priscila, murió. Salma sufrió un “síndrome de aplastamiento por onda expansiva”, que le hizo perder la conciencia, pero mejora.
“Se despierta, contesta, pero todavía no está completamente conciente”, le explicó a Clarín el jefe de la terapia intensiva del centro de salud, Alberto Manolio. “Los signos que van apareciendo indican una mejoría”, aclaró.
Salma llegó con dificultades para respirar, tuvo durante varias horas una sonda con oxígeno, que ayer se le retiró. Los especialistas explicaron que sufrió una compresión y descompresión de los pulmones probablemente por la onda expansiva del rayo. También presenta una somnolencia constante, pero las dos tomografías de cráneo que se le practicaron descartaron daños neurológicos.
El médico especialista en terapia pediátrica Marcos Casio Farro indicó que de continuar la paulatina mejoría, Salma podría dejar la terapia intensiva en 48 horas.
Con cielo despejado y calor, las playas de Mar del Plata estuvieron muy concurridas. La temperatura llegó a 24,5 grados pero entre las carpas o bajo las sombrillas, el tema de conversación fue uno solo, recurrente: el rayo que cayó en Villa Gesell.
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