La mejor cara de Arroyo (para la provincia)

La mejor cara de Arroyo (para la provincia)

Durante la presentación de la nueva nave de Aerolíneas, hablaron todos menos Arroyo. 

 

Carlos Arroyo inauguró el año con un acto oficial de recepción a los primeros turistas de la temporada 2018. Ese día, ante muy pocos periodistas, lanzó la frase desafortunada: “Vamos a mandar alguna chica bonita para que convenza a empresarios de que inviertan en Mar del Plata”. Desde aquel día, hasta hoy, se habló mucho de aquella frase. Opinaron dirigentes oficialistas y opositores, periodistas locales y nacionales, distintas organizaciones, compañeros del intendente. Él, sin embargo, no volvió a hablar del tema. No pidió disculpas, ni intentó justificarlo. En rigor, en estos 17 días, Arroyo habló poco y nada y esa es la versión del jefe comunal que más satisface al gobierno provincial.

“No está previsto que el intendente hable”, le respondieron al locutor del acto en el que Aerolíneas Argentinas presentó una nueva aeronave en el aeropuerto Astor Piazzolla. Estaba Fabián Perechodnik (secretario general de la Gobernación), Gabriela Magnoler (presidenta del Emtur) y dos diputados con aspiraciones de suceder al intendente: Maximiliano Abad y la figura en ascenso, Guillermo Montenegro. Hablaron todos, menos Arroyo.

En la inauguración de una nueva sala en el Hospital Materno Infantil, días atrás, el intendente sí pudo decir unas palabras. Sin embargo, cuando los medios fueron a buscarlo para charlar de otros temas, Arroyo ya se había ido del lugar.

Los ejemplos siguen. El lunes, al cumplirse dos meses de la desaparición del submarino ARA San Juan, el presidente Guillermo Sáenz Saralegui anunció a través del micrófono que la sesión especial del Concejo estaba demorada porque estaban esperando al intendente. Finalmente, la sesión se realizó con la presencia del secretario de Gobierno Alejandro Vicente como representante del Ejecutivo.

“Nunca estuvo prevista la presencia de Arroyo. Tenía otras audiencias”, se excusaron desde el entorno del jefe comunal.

Arroyo está silenciado. El gobierno de María Eugenia Vidal le puso demasiadas fichas a la temporada en Mar del Plata como para permitir que las declaraciones estridentes o desafortunadas del intendente le generen dolores de cabeza. Así, decidieron correrlo de la escena pública o reducir su exposición a lo mínimo posible. 

“Está claro que sus chances de renovar la Intendencia son nulas. Él debería seguir la huella de Vidal y tratar de terminar su mandato sin problemas y que la gente cambie su percepción. Pero él se empeña en meter la pata”, evaluaron desde el gobierno bonaerense.

Más allá de correrlo de la escena, en el vidalismo también optaron por potenciar fuertemente la imagen de Guillermo Montenegro, marplatense de nacimiento, sin ningún antecedente en la función pública de la ciudad. “Es amigo de María Eugenia y la idea es tener un hombre propio a partir de 2019”, contaron a 0223 fuentes vinculadas al Pro.

Algunos dirigentes locales, que tenían aspiraciones de posicionarse para reemplazar a Arroyo, creían que se trataba de una estrategia de las altas esferas de Cambiemos para desactivar las internas locales que ya habían comenzado a desatarse. Haya sido esa la idea original o no, lo concreto es que la idea de Montenegro intendente comenzó a seducir a varios y hoy por hoy se convirtió en una opción real.

“Lo llevan a todos lados y lo hacen hablar más que al intendente”, se quejaron desde el arroyismo. No es la primera vez que la gobernadora y su equipo buscan bajarle el perfil al intendente. Por lo que esta versión de un Arroyo apagado y corrido a un costado, que la provincia está celebrando, seguramente no será por siempre.

Comentá la nota