En medio de serios incidentes, juraron amarse “hasta que la muerte los separe”

En medio de serios incidentes, juraron amarse “hasta que la muerte los separe”
Finalmente ayer pudo concretarse en Pico Truncado el polémico casamiento entre el condenado por asesinato Víctor Cingolani y Edith Casas, la hermana gemela de la víctima fatal, en medio de serios incidentes protagonizados por gente que se manifestó en el acceso al Registro Civil.

Los casi 60 policías, en su mayoría del cuerpo de Infantería, apenas pudieron contener a muchas personas, en su mayoría jóvenes que, enardecidos, le gritaban “asesino” y “pudrite en la cárcel, hijo de puta”, a Cingolani.

El consorte ingresó al edificio público a las 13:40 luciendo un traje de color negro, camisa blanca y corbata rosada, con barba tipo candado. Al escuchar los insultos, solo atinó a esbozar una nerviosa sonrisa.

Arribó en una camioneta policial desde la alcaidía con sus manos esposadas, las cuales le fueron quitadas al ingresar a la sala de matrimonio.

Cuando terminó la ceremonia y previéndose que volvería a ser agredido, la policía acudió a la estrategia de “disfrazarlo” con una boina marrón y gafas de sol, con lo cual pudo filtrarse por un patio que comunica a una calle aledaña, logrando a medias eludir a una multitud de periodistas que aguardaban su salida.

En tanto, Edith Casas había ingresado al edificio público a las 13 junto a su cuñada Claudia Cingolani, quien junto a su marido, Martín Seguel, fueron testigos de la ceremonia.

La gemela vestía un largo saco de color negro, con el cual intentaba cubrirse parcialmente el rostro, además de lentes negros. Debajo de la prende lucía un sensual vestido corto y ajustado al cuerpo, de color rosado, y unos elegantes zapatos.

Cabe mencionar que el casamiento no pudo ser presenciado por ningún medio de comunicación y ni siquiera tuvo la cobertura de un canal televisivo de Buenos Aires que le había pagado una importante suma de dinero a la pareja para tener la exclusividad de las imágenes.

Al respecto pudo saberse que el comisario Dardo Díaz, jefe del operativo de seguridad, dispuso que si ingresaba un medio periodístico se debía permitir el ingreso de todos.

PALABRAS DE AMOR

Más tarde, a las 14, desde el patio exterior se escucharon fuertes aplausos, lo cual daba la pauta que era el momento en que ambos dieron el “sí”.

Diario Patagónico pudo saber que para ese momento tanto Víctor como Edith habían leído sus votos matrimoniales expresándose mutuo amor justo en el día de los enamorados, teniendo en cuenta que ayer se recordaba San Valentín.

Tras ello compartieron, junto a unos 30 invitados que les arrojaron una importante cantidad de arroz, una torta y bebidas gaseosas, celebrando finalmente la tan esperada concreción del enlace, que posteriormente tendría continuidad en la alcaidía de esa localidad donde está alojado Cingolani.

Vale destacar que en la ceremonia no estuvieron presentes los familiares de Edith, ya que previamente habían asegurado que “de ninguna manera” apoyaban la decisión de la gemela.

Es que Marcelina Orellana, madre de Edith, teme por la integridad física de su hija, ya que cree que puede “terminar igual que Johana”, en alusión al asesinato ocurrido el 16 de julio de 2010 por el cual Cingolani fue condenado por la Justicia a 13 años de prisión por encontrárselo como autor material.

LOS INCIDENTES

Si bien la policía preveía que podrían producirse incidentes, aparentemente no evaluó los alcances de los mismos ya que el escudo de protección apenas pudo proteger la integridad física de Cingolani.

Las pedradas arrojadas desde una multitud de aproximadamente 400 personas dieron contra cuatro grandes ventanales del Registro Civil, cuyos vidrios estallaron, en tanto que otros golpearon contra los escudos de plástico de las fuerzas de seguridad, en la humanidad de un uniformado y en la cabeza de un fotógrafo de un medio digital regional.

Tras ello, se sucedieron corridas y si bien en un primer momento no hubo detenciones, cuando los incidentes se reanudaron al término de la ceremonia civil, los desmanes volvieron a recrudecer.

Adolescentes y jóvenes de ambos sexos tenían preparadas más piedras, huevos y tomates, pero al conocer que Cingolani ya había sido “evacuado” por los fondos reaccionaron con más violencia, ocasión en la que la policía logró detener a tres jóvenes (serían menores de edad) que fueron conducidos a la Seccional Primera ubicada a pocos metros del lugar, apaciguando la situación.

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