En medio del escándalo por los auditores, Di Tullio echó a una asesora de la sesión y la hizo llorar

En medio del escándalo por los auditores, Di Tullio echó a una asesora de la sesión y la hizo llorar

Fue cuando la oposición ya se había ido del recinto. “Me molesta que haga gestos con el cuerpo”, la acusó.

Juliana Di Tullio se descargó ayer con una empleada del Congreso y la hizo echar por gestos “con el cuerpo”, cuando el recinto estaba vacío por el rechazo de la oposición al nombramiento de dos camporistas como auditores.

Sin diputados de los otros bloques frente a sus narices y visiblemente nerviosa, la jefa del bloque del Frente para la Victoria apuntó a una de las plateas que hay al lado del estrado principal, desde donde siguen la sesión los asesores.

 

 

 

“Cada vez que intervengo en esta sesión, dos o tres personas del palco bandeja que tiene la oposición se comportan de forma maleducada haciendo gestos con su cuerpo. Por eso solicito que se los llame a la cordura y les pida disciplina ya que están expresándose los diputados de la Nación”, sorprendió Di Tullio.

 

 

 

Se refería a Viviana Stradella, asesora del bloque Unidad Popular de Claudio Lozano y conocida por estar presente en casi todas las actividades parlamentarias.

 

 

 

Julián Domínguez intentó dejar pasar el reclamo, pero Di Tullio insistió. “No voy a permitir que una señorita que está en el palco bandeja del bloque de la oposición se burle cuando esta diputada de la Nación habla. Quiero que la retiren del recinto”, exigió.

 

 

 

Desde un rincón, Stradella tardó un instante en saberse aludida, pero una mirada furiosa de Di Tullio alcanzó para confirmarlo.

 

 

 

Era tanto el delirio que el resto de los diputados oficialistas aplaudían sin saber realmente de qué estaba hablando. “¡No es un tema para festejar diputados!”, los retó Domínguez.

 

 

 

La joven empleada permaneció un instante más en la bandeja, pero a los pocos minutos estalló en un llanto por el inesperado papelón a la que la sometió la jefa del bloque oficialista.

 

 

 

Alcira Argumedo, que ya se había retirado del recinto, volvió para consolarla y acompañarla a retirarse, ante la atónita mirada del resto de los empleados.

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