Medio ambiente: hay ochenta minibasurales en Santa Rosa

Medio ambiente: hay ochenta minibasurales en Santa Rosa

Los minibasurales siguen creciendo en Santa Rosa. Vecinos de los espacios afectados reclaman vigilantes ambientales que operen de forma constante. El Concejo Deliberante aprobó la creación de "islas ecológicas" como una solución alternativa.

De acuerdo a lo confirmado por el concejal Miguel Bravo (Frepam), en declaraciones al programa Radio Textual de FM Sonar, existen ochenta minibasurales en Santa Rosa, diez de ellos en constante crecimiento. Son terrenos desparramados en varios puntos de la ciudad, algunos temporales y otros permanentes.

Bravo impulsó un proyecto recientemente aprobado por el Concejo Deliberante que regula el sistema de multas que debería aplicarse a quienes arrojan basura en estos espacios. La nueva modalidad varía acorde a la cantidad y el tipo de residuos tirados y prevé el potencial secuestro del vehículo y multas que van desde 100 hasta 1.300 pesos.

En un informe periodístico preparado sobre esta antigua problemática, el subdirector de Residuos Urbanos de la Municipalidad, Ignacio Ustarroz, informó que existe un registro de los basurales clandestinos y anticipó el desarrollo de medidas de prevención. Una de ellas es la creación de las llamadas 'islas ecológicas': se trata de contenedores de basura que los vecinos puedan usar. En un futuro esos lugares contarían también con agentes promotores del cuidado del medio ambiente, según destacó. Efectivamente, el proyecto de ordenanza de las "islas ecológicas", presentado por el concejal Félix Villatoro (Frepam), fue aprobado el pasado jueves.

Desde el área de Salud Ambiental del municipio reconocieron que los basurales "paralelos" de mayor tamaño se encuentran en las cercanías del barrio Sur, sobre la calle Tita Merello y Ricardo Balbín, y en la zona próxima a la ONG Apani (camino al relleno sanitario).

Las familias vecinas del barrio Sur, entrevistadas en Radio Textual, remarcaron su desazón por la cantidad de años que arrastra este problema, su enojo con los vecinos desaprensivos que tiran todo tipo de mugre, y en particular su preocupación por la salud de los habitantes cercanos. Los basurales afectan su cotidianidad ya que atraen una gran cantidad de roedores, insectos y produce un olor desagradable en los alrededores.

 

En los meses de verano las nubes de moscas y olores desagradables dominan el ambiente. Entre otras cosas, reclaman vigilantes ambientales que operen en la zona de forma constante.

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