Medicamentos: siguen negociando con laboratorios y suman a las farmacias

Medicamentos: siguen negociando con laboratorios y suman a las farmacias
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo ayer que lo que proponen los laboratorios "no nos sirve" porque se trata de un listado de remedios que no incluye los de mayor consumo. Ayer, junto a Costa, recibió a farmacéuticos.
Las negociaciones entre el gobierno y los laboratorios para alcanzar un acuerdo para bajar los precios de los medicamentos se ha tornado compleja en las últimas horas, con posiciones por ahora alejadas. En pocas palabras, el Ejecutivo pretende una baja a enero de la totalidad de los 18 mil remedios, mientras que los laboratorios insisten en que no todos aumentaron y que precisan excluir algunos de la baja en los valores.

Ayer, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; y el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, mantuvieron un encuentro con las cámaras que agrupan a las farmacias. La reunión giró en dos sentidos: primero, analizar la rentabilidad del sector y, segundo, ganar su apoyo en la pelea con laboratorios. En diálogo con Tiempo Argentino, Rodolfo Barrero, titular de la Cámara Argentina de Farmacias, dijo: "Nosotros no somos formadores de precios, sólo vendemos, y tenemos una rentabilidad del 32% por ciento." La realidad indica que los farmacéuticos tienen tal dependencia de los laboratorios que su postura no difiere demasiado de la esgrimida por los fabricantes nucleados en CILFA (nacionales), CAEME (multinacionales) y Cooperala.

Sin embargo, ayer por la tarde, mientras el gobierno y los laboratorios seguían dialogando telefónicamente para alcanzar un acuerdo, sorprendió la posición a favor de la baja en los precios por parte del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos. La central gremial reclamó a los laboratorios "la rebaja inmediata" en los precios, al afirmar que la incidencia de los insumos importados en el esquema de costos para la producción de fármacos no supera al 15 por ciento. Los trabajadores del sector explicaron que los laboratorios "sólo ofrecen congelar el precio de 600 productos, pero es insuficiente ya que suelen ser productos de poca utilidad terapéutica". También recordaron que la Secretaría de Comercio autorizó en 2013 un aumento promedio del 18%, y que entre diciembre de 2013 y enero de 2014 "se produjeron incrementos promedio del 30% que no están justificados".

Justamente, ayer por la mañana Capitanich les apuntó directamente a los laboratorios. En su típica conferencia de prensa matinal, el chaqueño atacó la canasta de 600 remedios que ofrecieron las empresas y consideró que "no sirve" porque "no son los de mayor demanda relativa".

El jefe de Gabinete insistió en que aún "no hay acuerdo", y afirmó que el gobierno busca que los incrementos no superen el 7,5% respecto de diciembre último. La tensión pasa, en este sentido, por el pedido de los laboratorios, que pretenden lograr un aumento promedio del 9 por ciento.

Lo que está en juego sobre la mesa de las negociaciones es la baja de precios al mes de enero de más de 18 mil remedios, de todas las especialidades. Hasta el momento, y sobre todo por la idea de las empresas multinacionales, los laboratorios se han negado a reducir todos los precios, y aceptaron bajas sólo en unos 10 mil productos. Es que consideran que no todos los remedios mostraron subas, sino que hubo algunos que no tuvieron cambios en los precios. Asimismo, le ofrecieron al gobierno un vademecum de 600 productos medicinales que podrían bajar de precio al nivel que tenían en diciembre del año pasado. Este último ofrecimiento fue rechazado de plano por el gobierno, que lo considera un ruido inncesario en una conversación más importante: "tienen que bajar todos los precios", explicó Costa en una de las últimas reuniones con laboratorios.

Las demoras en el cierre del acuerdo se explican además en los niveles de concentración del sector de productos medicinales, monopolizado mayormente por laboratorios extranjeros y siete de los grandes nacionales, que son quienes forman los precios y marcan la pauta de sus propios intereses y de cómo estiman que deben ser las negociaciones. «

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