Por mayoría, el Concejo autorizó la demolición de una centenaria chimenea en peligro de derrumbe

Por mayoría, el Concejo autorizó la demolición de una centenaria chimenea en peligro de derrumbe

El Concejo Deliberante aprobó por mayoría un pedido de la empresa Mastellone Hermanos para demoler la histórica chimenea de la planta conocida como La Tandilera -ubicada en Aeronáutica Argentina 1852-, que había sido construida en 1914.

Si bien en el expediente queda constancia del peligro de derrumbe y desprendimiento de material, hubo objeciones por la falta de un seguimiento sobre el estado de los monumentos que fueron declarados patrimonio de Tandil.

La ordenanza que habilita a la empresa a eliminar la chimenea fue aprobada por los bloques de la UCR y el PRO, cuyos integrantes privilegiaron la seguridad de los vecinos y del personal que trabaja en la planta debido a que la estructura ya no tenía posibilidad alguna de reconstrucción.

En tanto, el PJ-Frente para la Victoria (FPV) no acompañó con sus votos, al considerar que el Municipio “llegó tarde”. También cuestionó que se tendría que haber hecho un seguimiento para evitar llegar a un daño “irreversible” y rechazó contar con una normativa específica que protege distintos elementos del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad si no se monitorea el estado de esos bienes considerados valiosos para la comunidad.

Por este motivo, la bancada adelantó que presentará un pedido de informes para conocer cuál es el diagnóstico de todos los edificios y monumentos protegidos que figuran en el Plan de Ordenamiento Territorial (PDT), lo que permitirá intervenir para prevenir futuras demoliciones.

El expediente

El expediente que obra en el Concejo Deliberante se inició a partir de un pedido de los responsables de la empresa Mastellone Hermanos, quien envió una nota describiendo la penosa realidad que afronta la chimenea ubicada en la planta de Aeronáutica Argentina 1852. Señalaron que la estructura tiene unos cien años -según un cartel que dice “1914”-, por lo que lleva un siglo expuesta a los agentes climáticos y a la combustión propia de la actividad.

Además, la firma agregó un informe rubricado por el ingeniero José Landa. Allí el profesional describió que la construcción presenta unos zunchos colocados como refuerzos estructurales, intervención que se realizó en 1940.

También diagnosticó que la superficie exterior de ladrillos con juntas rosadas evidencia una rajadura vertical que se continúa en el nivel inferior, pero además presenta pérdida de masa en los ladrillos y en el material del mortero. Todas estas circunstancias las documentó con fotografías.

Por otra parte, señaló que en la cara sureste se lee “1914”, fecha en que podría haber sido puesta en funcionamiento la chimenea y resaltó el peligro que representan la inminente caída de elementos sueltos, como así también de parte de la estructura.

Sumado a esto, el expediente incorporó una opinión coincidente de los funcionarios de la Secretaría de Obras Públicas del Municipio ingenieros Sergio Vergara y Carlos Panozzi, y de la directora de Obras Públicas Marta de Rico.

Además, la documentación pasó por la directora de Patrimonio Magdalena Conti, quien ratificó la contundencia de los estudios técnicos y comparó al monumento con un “enfermo terminal”. De todos modos, sugirió realizar un relevamiento fotográfico para que, al menos, queden registros completos de la chimenea destinados a preservar a este ícono de La Tandilera.

El debate

En el recinto de sesiones, el concejal Eduardo Antonio Ferrer manifestó su “preocupación y disgusto” por la demolición de la chimenea, al tiempo que cuestionó que el expediente no haya pasado por la Comisión de Cultura.

Resaltó que el patrimonio es parte de la identidad de los tandilenses y lamentó los daños que presentan algunos monumentos. Entonces, reclamó que se realice un seguimiento de todo aquello que fue protegido, teniendo en cuenta que no sólo se trata de preservar sino también de realizar una revisión.

En esa línea, recordó la topadora que tiró abajo la histórica chimenea del molino de Juan Fugl y llamó a tomar nota del estado de los monumentos para no tener que “avalar la desidia y el desinterés”.

El defensa de la postura de la UCR, la concejal Nora Polich sostuvo que el punto de vista del FPV no fue puesto de manifiesto en la Comisión de Obras Públicas y resaltó los contundentes informes técnicos públicos y privados que ratificaron el peligro que representa la chimenea, que “en cualquier momento se cae”.

Por otra parte, le reclamó a la oposición que en ningún momento pidió dejar el expediente en comisión para continuar con su estudio. “Me causa mucha sorpresa tanto disgusto”, dijo y lamentó que el FPV llegue al recinto para expresar algunas situaciones que podrían haberse discutido en las comisiones.

Desde el PRO, Pablo Díaz Cisneros aclaró que acompañaron la autorización para tirar la chimenea debido a que la seguridad de los trabajadores y vecinos que circulan por la zona de La Tandilera está por sobre la preservación. Pero advirtió que “estamos llegando con bastante frecuencia tarde con el patrimonio cultural” y se mostró preocupado por la pérdida de otra chimenea histórica de la ciudad.

Pedido de

informes

Sobre el final del debate, el presidente del Bloque del PJ-Frente para la Victoria Pablo Bossio adelantó que van a presentar un pedido de informes tendiente a conocer la nómina de los monumentos protegidos por el Plan de Ordenamiento Territorial y el nivel de intervención que ha recibido cada uno de ellos durante los últimos años. Explicó que el objetivo será tratar de lograr las restauraciones necesarias para prevenir futuras pérdidas.

En la misma línea, Fernando Rossi reconoció que están claros los informes técnicos que acompañan el expediente sobre la chimenea de La Tandilera, pero destacó que la inquietud de su espacio político radica en que hoy la situación de la estructura es “irreversible” y “si hay un bien protegido, nos preocupa que legue a este estado de abandono”.

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