Máxima tensión entre Kirchner y Cobos

El ex presidente dedicó un acto en La Plata a cuestionarlo; también atacó duramente al embajador de Estados Unidos, a Carrió y a Machinea
LA PLATA.- La relación entre el líder del oficialismo, el ex presidente Néstor Kirchner, y el vicepresidente Julio Cobos alcanzó ayer niveles de insólita virulencia y riesgo institucional. Después de que, por la mañana, Cobos se jactó de que su famoso "voto no positivo" contra las retenciones móviles había evitado tanto "un estallido social" como que "Cristina Kirchner tuviera que irse", el jefe del Partido Justicialista (PJ) exigió: "Señor vicepresidente, si usted conocía un ánimo destituyente debió decir la verdad. Le debe una respuesta al pueblo argentino. Diga por qué nos tendríamos que haber ido".

La alocución, en el Teatro Argentino, de esta ciudad, durante un acto ideado para relanzar la Concertación, tuvo como principal destinatario a "uno de los pocos desertores" del Gobierno, como llamó Kirchner a Cobos.

Las acusaciones continuaron durante casi todo el acto. Kirchner comparó a los anteriores vicepresidentes del último período democrático con Cobos. Cuando llegó al renunciante Carlos "Chacho" Alvarez, segundo de Fernando de la Rúa, dijo que había tenido la "dignidad" de retirarse por sus diferencias con el entonces presidente. "Señor vicepresidente, yo no le pido que se vaya. Recapacite y ayude a Cristina" Kirchner, pidió el ex mandatario, acompañado por los gobernadores que aún integran la coalición oficialista.

El líder intelectual del Gobierno no sólo atacó al vicepresidente; también se dirigió al embajador de los Estados Unidos, Earl Antonhy Wayne, que había cuestionado el controvertido proyecto de blanqueo de capitales que impulsa la Casa Rosada: "Querido embajador, ustedes sí que tienen muchos más problemas que nosotros con el narcotráfico y con los blanqueos; construyeron ciudades enteras con ello".

Con ese tono, el presidente del PJ condujo el acto acompañado por doce gobernadores y cuatro vicegobernadores, con quienes intentó mostrar la amplitud de su proyecto. Como gesto de pluralidad, Kirchner expuso la presencia de los aliados radicales Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Miguel Saiz (Río Negro), más el neuquino Jorge Sapag. También incluyó en el escenario al jefe de la CGT, Hugo Moyano, y en primera fila a los piqueteros Luis D´Elía, Emilio Pérsico y Edgardo Depetri.

Como parte de su encendida acusación a Cobos, Kirchner señaló: "El gobernador de Río Negro está de testigo; Cobos sabía de la lucha que teníamos por delante. El vino a dar más pluralidad y sabía que se requería un mínimo de coraje para levantar las banderas de los desposeídos", dijo Kirchner.

Insistió en la comparación con los demás vicepresidentes: "Hasta De la Rúa tuvo un vicepresidente que prefirió irse antes que levantar una mano en contra. Yo no le pido que se vaya [a Cobos]. Recapacite y ayude a la democracia".

El rosario de críticas incluyó, más tarde, a Elisa Carrió y al ex ministro de la Alianza José Luis Machinea, autor de la "tablita" impositiva que el Gobierno deshizo esta semana.

"Nos agravian en forma permanente", se quejó. Y advirtió que "una dirigente actualmente de derecha y que supo ser de centro no sabe decir de qué vive y siempre tiene un amigo que le presta una casa en algún lugar de veraneo", en alusión a Carrió. "El vicepresidente me hablaba lo mismo de esta señora. Ante tanta actividad en negro que realiza esta señora le pido a Carlos Tomada que trabaje más para combatirlo", acusó.

Luego atacó a Machinea, que había opinado en LA NACION que la "tablita" era progresiva y que el Gobierno, en cambio, no lo era: "El único que dice que la tabla es progresiva es Machinea. Está más sólo que Pinochet el Día del Amigo".

Los medios de comunicación fueron otro blanco de sus durísimas críticas. El ex mandatario recomendó a los medios: "Sean más independientes y dejen de mirar las cosas como ustedes creen que deberían ser. La libertad de prensa se defiende siendo más independiente, inclusive en relación con los dueños de los medios, porque eso es ser valiente".

En particular mencionó al diario LA NACION: "Yo no puedo esperar otra cosa [más que no sea] que nos ataque. Todo lo que tiene olor a popular lo descompone", expresó.

En las plateas aplaudieron unos 3000 invitados, incluidos referentes del socialismo, el Frente Grande y Partido Intransigente. A todos ellos, Kirchner pidió que acompañen a su mujer, la presidenta Cristina Kirchner, desde un "proyecto nacional popular y plural"

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