Mauricio Macri ante los límites del populismo tarifario

Mauricio Macri ante los límites del populismo tarifario

El Presidente afronta un escenario complejo por la crisis energética y los aumentos de luz y gas.

Sin la experiencia técnica ni política suficiente, Mauricio Macriquiso poner un primer hito -en un camino que sabe largo- para terminar con el populismo tarifario en el primer semestre de su gestión. Hubo quienes le dijeron que iba muy rápido, otros que era demasiado lento. Optó por una salida que le pareció intermedia, que tal vez no dejó conforme a nadie y tuvo pocos defensores en la gran escena del debate público: que por este año las tarifas eléctricas queden en un 25% del promedio de Chile, Brasil y Uruguay, y las del gas en un 18% de lo que habitualmente se paga en esos mismos países vecinos.

Con el aumento que dispuso el Gobierno, el 90% de los usuarios abonarían facturas por debajo de los $500, en un intento para empezar resolver un problema que en el 2015 provocó que se duplicaran la cantidad de cortes de luz con respecto al 2004: un promedio por habitante de 27 a 34 horas interrupciones en el año -según la empresa distribuidora-, cuando en 2004 el promedio de cada corte era de 6 a 9 horas.Los aumentos de tarifas eléctricas están suspendidos y se espera la resolución de la Corte Suprema.

En el caso del gas, con el aumento del Gobierno, el 87% de los usuarios residenciales recibió facturas menores a $500 por mes y el 62% estuvo por debajo de $400. Un cliente que el año pasado consumió 133 metros cúbicos pagó un valor total de $383 en el 2015 y hubiera pagado $1915 este año; es decir, hubiera estado entre el 13% que tiene que pagar más de $500 por mes. Ahora hay que esperar la audiencia pública informativa que se realizará el 12 de setiembre en la Usina del Arte para conocer cómo quedará el nuevo cuadro tarifario.

Argentina viene arrastrando el populismo energético desde hace 70 años. El que lo inventó fue Juan Domingo Perón cuando entre 1947 y 1948 nacionalizó el gas y adquirió varias compañías de la provincia de Buenos Aires y las tarifas se redujeron el 30%. En 1949 empezó la inflación y lanzó la campaña "contra el agio y la especulación", un símil a la política que implementó Guillermo Moreno en los años kirchneristas. Ante el fracaso estrepitoso del voluntarismo, en medio de cortes de energía y escasez de alimentos, ya no había más lugar que para el ajuste salarial y de tarifas, acompañado por menos presupuesto en defensa, obras públicas y políticas sociales. Fue cuando se lanzó el Segundo Plan Quinquenal, una parafernalia de relato para ocultar el ajuste.

(Télam)

Cuando vio que ninguna restricción alcanzaba para superar la crisis, en 1955 Perón dijo: "El país tiene que resolver el problema energético si no quiere ver, en cualquier momento, expuestas sus industrias a la paralización total". Fue cuando realizó el acuerdo con la Standard Oil para realizar una inversión en las áreas petroleras que un Estado exangüe no estaba en condiciones ni de arrancar. Se trataba de un precontrato -que no se hizo público- por el cual la empresa se comprometía a invertir USD13.500.000 millones durante cuatro años, gozando de exenciones impositivas y derechos de repatriación de fondos que no tenía ninguna empresa extranjera.

Sus diputados no podían creer la forma en que Perón se había arrodillado ante los yanquis. Los pocos radicales que aún no habían sido expulsados por sus pares peronistas  se agarraron de las banderas de la "soberanía energética" y repudiaron enfáticamente esos contratos petroleros; entre ellos, el presidente del bloque de la UCR, Arturo Frondizi, autor de "Petróleo y política", durísimo contra la "entrega" en la que había caído Perón. Por eso la Revolución Libertadora, respaldada por la oposición al peronismo, no se animó a cumplir con ese contrato y lo derogó. El populismo continuó.

Pero el Frondizi que llegó al gobierno con el respaldo de Perón era otro y se animó a librar lo que denominó "la batalla del petróleo", para recuperar la autonomía energética y terminar con la importación de hidrocarburo que lesionaba las arcas fiscales. "Cuando asumimos, las reservas de oro ascendían a 125.000.000 y medio de dólares y el conjunto de oro y divisas a poco más de USD250.000.000. A su vez, del 1 de mayo al 31 de diciembre habrá que cumplir con compromisos por valor de USD645.000.000 en el exterior. No disponemos por lo tanto ni de un gramo de oro en el Banco Central para YPF", dijo Frondizi el 24 de julio de 1958.

El entonces Presidente logró el autoabastecimiento energético que se había propuesto, pero no pudo evitar el golpe de Estado. Quienes lo siguieron aprovecharon el esfuerzo de los años en que se incorporó tecnología y se modernizó el Estado y, de paso, criticaron duramente que le haya abierto las puertas al capital privado extranjero.

Cuando asumió Arturo Illia, luego de una amplia amnistía política, firmó los decretos 744 y 745 mediante los cuales derogó los contratos petroleros que fueron declarados "nulos, de nulidad absoluta, por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación". "Los contratos que fueron suscritos a espaldas de la ley y de los intereses económicos del país serán anulados. Yacimientos Petrolíferos Fiscales será -de acuerdo con la mejor tradición argentina- la entidad rectora de nuestro desarrollo energético", dijo el 15 de noviembre de 1963. El populismo no es sólo peronista.

Comentá la nota