Matías Lammens: "Los porteños se están dando cuenta de que Rodríguez Larreta es corresponsable de esta crisis"

Matías Lammens:

El candidato a jefe de Gobierno porteño del Frente de Todos apunta al alcalde por su rol en la mesa chica de Cambiemos. El maquillaje PRO, la mayoría progresista y el vínculo con CFK.

 

"El maquillaje dura un tiempo y después se cae. Podés estar lindo un rato, pero a la noche te lo sacás y se ven los problemas. Con los gobiernos pasa lo mismo y creo que lo que está pasando en la Ciudad tiene que ver con eso", explica Matías Lammens. La metáfora elegida por el candidato a jefe de Gobierno por el Frente de Todos (FdT) no es casual: hace menos de 12 horas que concluyó el primer debate obligatorio por televisión entre los contendientes al Ejecutivo porteño y, tras hacer su debut ante los focos en prime time, el único postulante que puede poner fin al macrismo en la Ciudad ya recorrió la zona sur para conversar con los vecinos.

Allí, cuenta, es donde primero quedó en evidencia la cosmética que Horacio Rodríguez Larreta aplica en la Ciudad. Por eso el oficialismo perdió en las PASO al sur de la avenida Rivadavia. Lammens conoce bien esa zona de la Ciudad. Allí pasa sus días entre la oficina de Ñuke Mapu, la distribuidora de bebidas en la que recibe a Tiempo y que fundó en 2005 en el barrio de Boedo, y el estadio de San Lorenzo de Almagro, el club que preside y que hoy está transitoriamente instalado en el Bajo Flores.

Por pasar del deporte a la política, su trayectoria podría compararse con la de Mauricio Macri, pero para Lammens "la única similitud es que a los dos nos gusta el fútbol. En todos estos años, incluso antes de tener un rol público, siempre he estado en la vereda de enfrente y muy claramente". Pero a pesar de eso, Cambiemos le ofreció varias veces que se sumara a sus filas. "Creo que hay algo de mi historia personal y de cómo nos fue que a ellos les seduce o encaja en su idea meritocrática. Pero no comparto esa mirada porque para que haya meritocracia debería haber igualdad de oportunidades. No es lo mismo el pibe que nace en la villa 21-24 que el que nace en Palermo. Es imposible creer que con el sistema, tal como está dado, con esforzarte alcanza".

-¿Qué cambió para que se corriera el maquillaje del macrismo en la Ciudad?

-Yo creo que los porteños y porteñas están empezando a darse cuenta. Y no hablo del sector más ideologizado que nos iba a votar en cualquier caso, sino de gente que por ahí no está tan politizada, que no le interesa tanto la política, pero que ve todos los días al Gobierno de la Ciudad en esta crisis de la que además es corresponsable, porque Larreta integra la mesa chica junto a María Eugenia Vidal y Marcos Peña. Está empezando a ver que el gobierno nos podría haber cuidado y no lo hizo. Al principio muchos decían que la Ciudad estaba bien porque habían hecho el paso a nivel o el Paseo del Bajo. Pero cuando se desató la crisis mucha gente de clase media tuvo que dejar de pagar la prepaga y se dio cuenta de que iba a los hospitales y no había insumos, que no había médicos, que para una operación programada había que esperar meses y meses. Cuando no se pudo seguir pagando la escuela privada empezaron a ver que faltaban vacantes, que la calidad de la educación pública era un problema, que faltaban nombramientos docentes y se pierden más de 1500 horas de clase por semana en escuelas secundarias.

(Foto: Eduardo Sarapura)

 

-¿Es posible convencer a quienes votaron al PRO en el pasado?

-No tengo ninguna duda. Pero no hablamos sólo del voto duro ideologizado... Porque cuando se hace obra pública se ven las prioridades del que gobierna y nosotros pensamos en obras que le hacen bien a la gente, no sólo en el tráfico y el transporte de carga. Presentamos un plan de viviendas, una cantidad de jardines maternales a construir, escuelas secundarias. Y también nos parece importante plantear que no hay que empezar todo de nuevo. Hay cosas que están bien. Quizás alguno piensa que no vamos a terminar las obras, pero todas las que tienen que ver con terminar con las inundaciones o con los pasos a nivel que hay, se harán. Pero le vamos a poner prioridad a las cuestiones que hacen un futuro mejor para todos.

-¿Puede reconstruirse una mayoría progresista en la Ciudad?

-La mayoría de Buenos Aires es progresista, independientemente de la preferencia electoral por el macrismo en estos años que tiene que ver más con errores de nuestras fuerzas que con virtudes de ellos. Y creo que teníamos un gran desafío que era amigar a la familia progresista y lo hemos hecho. Así que salga como salga la elección del 27 de octubre y el balotaje, ya cambió la política en la Ciudad de Buenos Aires. Lo hemos logrado y ojalá que esto se mantenga porque tenemos que construir un frente que sea bien amplio y exprese a la mayor cantidad de sectores que integran el ala progresista de la sociedad. Y hablo de que sus habitantes progresen, pero para eso es necesario tener ciertas cosas satisfechas: una educación pública de calidad, salud, trabajo, vivienda. Eso tiene que estar resuelto y el Estado no puede mirar para otro lado. Lo que pasó en estos cuatro años a nivel nacional y en los últimos 12 en la Ciudad, es confirmar que cuando el Estado se retira las cosas no funcionan.

(Foto: Eduardo Sarapura)

 

-¿Por qué el oficialismo insiste en reducir el FdT al kirchnerismo?

-Tiene que ver con una estrategia electoral de Cambiemos porque siente que el kirchnerismo tiene un techo en la Ciudad. Pero es subestimar a la gente. Porque nuestra lista contiene al kirchnerismo y estoy feliz de que así sea. Me parece que es clave y determinante. Pero dicho esto, estoy yo que encabezo la lista y no soy kirchnerista. Está Ofelia Fernández, Vicky Donda, "Pino" Solanas. Mucha gente que tuvo enfrentamientos muy duros. Está Alberto Fernández, que es un tipo que en el último mandato de Cristina fue muy crítico.

-Cristina fue clave en el armado del Frente, ¿cómo es su relación con ella?

- Cristina tiene el capital electoral más grande de Argentina y es una de las personas más inteligentes que conozco. Tuve muchas diferencias con su segundo mandato. Hubo muchas cosas que no me gustaron. Pero eso no me impide decir que también reivindiqué muchísimas de sus políticas y de las de los 12 años de kirchnerismo. Pero tengo muy poca relación con ella. Tuve una charla el 12 de agosto, que fue la primera larga y que me resultó muy interesante. Creo que es una figura que ha tenido una generosidad extraordinaria. Supo correrse para dar lugar a una figura que pueda ampliar los márgenes de esta fuerza y me parece que fue una jugada brillante que habla de la capacidad que tiene.

-¿La política ha sabido incorporar las demandas del movimiento de mujeres?

-Si hay un frente que en estos años ha tenido una trayectoria coherente de respeto, admiración y acompañamiento al movimiento de mujeres es el FdT. Como presidente de San Lorenzo también lo hice público muchas veces. Se habla de género cuando sale el tema del aborto o la violencia doméstica, que por supuesto son dos cosas importantísimas. Pero la perspectiva de género debe atravesar todas las políticas públicas.

-En la campaña porteña cobró mucha importancia la militancia con acciones como el flashmob de #SiVosQuerés, ¿cómo se relaciona con eso y qué cree que expresa?

-Eso es hermoso, muy emocionante. Y lo que expresa, para mí, es esperanza. La gente quiere que la saquemos de este atolladero en la que lo metieron estos tipos en la Ciudad hace 12 años, pero sobre todo en los últimos cuatro. Y el #SiVosQuerés me gusta, porque te interpela diciendo que las cartas están jugadas. Ya pasó esto, ya pasó aquello, es decisión tuya salir de esta situación.

-También revaloriza la participación en la política...

-Sí. Por eso celebro que aparezcan jóvenes. Cuando veo a Ofelia me sale pensar en mi hija que tiene cuatro. Pero ojalá que Ana sea una Ofelita, porque entonces su futuro está asegurado. Y en eso fue muy importante lo que pasó con la ley del aborto. Para muchas chicas y chicos de 16 años fue la primera gran lucha política. Eso les desató la curiosidad y les picó el bichito y el interés de otras cuestiones. Por eso era emocionante ir a la marcha por la despenalización del aborto en el Senado. Ese día había un millón de personas y era impresionante ver a las pibas con los pañuelos bajo la lluvia. Por eso creo que viene una nueva etapa y lo peor que nos puede pasar es bastardear o estigmatizar a la política. Nada bueno sale de esos experimentos. Hay que ponerla en valor, cuidarla, hay que ser muy vehemente con el castigo a la corrupción sin ninguna duda. Pero no hay que bastardear a la política. Eso es un peligro. «

(Foto: Eduardo Sarapura)

 

La "rosca" de Cambiemos

Algunos creen que Matías Lammens es un recién llegado a la política, pero en su casa hace rato que se respira y hasta se estudia el arte de la negociación. Y no se trata solamente de su trayectoria como presidente de San Lorenzo o su participación en la Asociación del Fútbol Argentino. Mariana Gené, su pareja, acaba de publicar un libro titulado La rosca política, que discute con la estigmatización del rol del operador político, aquella figura generalmente en las sombras a cargo de las negociaciones necesarias. "Se va a enojar la flaca cuando vea esto porque ella dice que tampoco hay que reivindicarla", aclara Lammens antes de plantear que para él es muy importante el rol de los armadores políticos para construir consensos. "Yo la verdad es que en muchos casos creo que son muy juzgados y condenados por la sociedad, pero han sido importantes para construir consensos. De hecho Cambiemos tiene tipos como (Rogelio) Frigerio o (Emilio) Monzó que han sido muy importantes para construir la gobernabilidad", explica.

De hecho esos roles fueron muy importantes en el armado del Frente de Todos y evitaron una de las cosas que Lammens reconoce más temía: el fuego amigo. "A veces en política te perjudican más los de adentro que los de afuera, y acá no sucedió. Todos estamos empujando de la misma manera. Y ese era un miedo que tenía antes de entrar a la política y una de las cosas que me han sorprendido gratamente".

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