Matan a un hincha de Lanús en un choque con la Policía

Matan a un hincha de Lanús en un choque con la Policía
Además, un barrabrava del club del Sur recibió múltiples golpes en la represión. Está fuera de peligro.
Al fútbol argentino lo matan. Entre todos. Lo manchan de sangre. Y ayer, en La Plata, la víctima de este caos que rodea al mundo de la pelota tuvo nombre y apellido: Javier Gerez, de 42 años, conocido como El Zurdo por todo Lanús, murió tras recibir un balazo en el pecho que salió de un arma de un efectivo de la Policía Bonaerense, cuando ingresaba al estadio para ver a su equipo. Además, producto de ese sangriento enfrentamiento con los encargados del operativo, resultó herido Gastón, alías Tonga , uno de los líderes de la barra del club del Sur (“La 14”) que al cierre de esta edición continuaba internado -aunque fuera de peligro tras sufrir múltiples traumatismos-, en el Hospital San Roque de Gonnet.

¿Qué ocurrió? Pasadas las 17, y con el partido en marcha, llegó al estadio de La Plata el grueso de la barra brava de Lanús en diez micros. Primero entró el grupo que llevó las banderas y los bombos. El encargado de la logística desde hace dos años era Gerez, que desde hacía muchos años formaba parte de la Subcomisión del Hincha de Lanús y que por ser miembro del Sindicato de Camioneros facilitaba la movilidad del cotillón de la barra. Y aunque él nunca se subió a los paraavalanchas, siempre estuvo cerca de los líderes.

Afuera, en el segundo cacheo (a unos 50 metros de la popular) el clima se puso espeso cuando Diego “ Fanfi” Goncebate (líder de la barra) y Tonga (su ladero) se quejaron por la demora en los ingresos. Entre insultos y empujones, comenzó un enfrentamiento y todo se volvió un caos. La barra destrozó un puesto de bebidas para proveerse de armas y la Policía respondió con disparos. Aún había hinchas comunes, y según le confirmaron testigos a Clarín, El Zurdo se peleó con efectivos para proteger a una mujer que estaba con dos menores.

Allí, al menos cinco policías lo rodearon. Hubo un forcejeo y tras golpearlo, le dispararon con una escopeta a menos de un metro de distancia.

La bala de goma le perforó el tórax y el cuerpo, según las primeras pericias, hasta presentaba marcas del cartucho.

A Gerez lo trasladaron en una ambulancia hasta el Hospital de Gonnet pero falleció en el trayecto. Por todo lo que cuentan los testigos, los abogados de la familia ya comenzaron a hablar de un caso de Gatillo Fácil .

No satisfechos con eso, los efectivos agredieron a otras dos personas. Una de ellas fue Tonga , al que le pegaron en la cabeza. Fue hospitalizado y luego lo detuvieron. El sí es barrabrava. De hecho, viajó al Mundial de Sudáfrica en 2010 con Hinchadas Unidas Argentinas, ya que también tiene ascendencia en la barra de San Telmo. En sus ratos libres, como el resto de “La 14”, participa de actos políticos, como en diciembre de 2012, cuando se lo vio con otros barras en el lanzamiento de Nicolás Russo a su candidatura política municipal. El otro herido que debió ser atendido fue El Polaco , que recibió golpes en las costillas. Además de ellos, un grupo de diez personas también recibió balazos de goma, aunque ninguno fue herido de gravedad.

En la popular visitante, los hinchas de Lanús advirtieron que algo sucedía. Pero recién en el entretiempo gente de la Subcomisión del Hincha les confirmaron los episodios, les dijeron que debían abandonar la tribuna y les pidieron que no volvieran en los micros de la hinchada sino en transporte público. Está claro: temían nuevos problemas con la Policía. De hecho, en el peaje de la autopista Buenos Aires-La Plata, a varios simpatizantes los hicieron bajar de sus autos para revisarlos. ¿Qué buscaban? Nadie lo explicó.

En el hospital de Gonnet también hubo problemas. Es que hasta allí llegó la barra de Lanús buscando saber cómo estaba Tonga. Al verlos, se notificó a la Bonaerense y su llegada no fue la mejor decisión, ya que agredieron a dos efectivos. Por eso debió intervenir Gendarmería.

Las versiones que circularon por el vestuario del estadio fueron múltiples. Y desde la Bonaerense prefirieron contar que Gerez intentó arrebatarle el arma a la Policía. Lo cierto es que el partido se suspendió en el entretiempo porque notificaron al presidente Alejandro Marón, quién pidió que el partido no siguiera. A esa altura, claro, el fútbol no importaba. Ya lo habían manchado de sangre otra vez.

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