Massa cargó contra Scioli por el avance narco

Massa cargó contra Scioli por el avance narco

Llevó su propuesta de seguridad a Mar del Plata y acusó al gobernador de "esconder la cabeza"; nuevas fugas al FPV

Sergio Massa llegó ayer a Mar del Plata, una de las ciudades del interior provincial donde más crecieron los índices de narcocriminalidad, con el nombre del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, entre ceja y ceja. "Tenemos un país marcado por el narcotráfico, por la violencia y por la muerte, y mucho más en Mar del Plata y en la provincia, donde Scioli hace como el avestruz: pone la cabeza debajo de la tierra, negando un problema enorme que tenemos", acusó el candidato del frente UNA.

Fue un nuevo capítulo de la estrategia que el tigrense inició el lunes y continuará en los próximos días: luego de una semana en la que apuntó contra el postulante de Cambiemos, Mauricio Macri, por su gestión frente a la educación y la pobreza, ahora descargará todo el fuego posible sobre el Frente para la Victoria y su candidato, con la inseguridad y el narcotráfico como ejes.

"Si tenemos la responsabilidad de gobernar, me voy a hacer cargo de la pelea contra la inseguridad para terminar con esta vergüenza que hoy impone la Presidenta al hablar de «sensación de inseguridad», al negar la realidad de la droga en la Argentina", continuó Massa, que llegó a Mar del Plata junto a su candidato a gobernador, Felipe Solá.

La comitiva se completó con el candidato a intendente local de UNA, Lucas Fiorini, el productor teatral y postulante a la legislatura provincial, Javier Faroni, y dos referentes del massismo en la quinta sección electoral: el senador provincial Patricio Hogan y el diputado bonaerense Ramiro Gutiérrez, uno de los arquitectos del plan de seguridad de Massa.

El tigrense prometió que si llega a la presidencia creará en la ciudad balnearia un juzgado y dos fiscalías especializadas en narcotráfico, además de asociar a las Fuerzas Armadas con las policiales en los barrios e impulsar la suba de penas previstas en su proyecto de Código Penal, que plantea prisión perpetua para narcotraficantes, pero también para violadores y femicidas.

"La droga está haciendo estragos en Mar del Plata, y no queremos que Mar del Plata se convierta en una segunda Rosario, en términos de conflictividad y delito", redondeó.

Antes de visitar Mar del Plata, Massa almorzó en Tigre con el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, para planificar cómo encararán el tramo final de la campaña para el 25 de octubre.

Massa y los hombres que presenta como sus "superministros" también se mostraron juntos antenoche, en el canal América TV, junto a otros "ministeriables": Diego Gorgal (Seguridad), Gustavo Iaies (Educación) y el ex tenista cordobés Agustín Calleri (Deportes).

Éxodo al sciolismo

Mientras castiga a diario a Scioli y el kirchnerismo por la inseguridad y el avance del narcotráfico, Massa buscará repetir también a diario las imágenes con Lavagna, De la Sota y su "gabinete": no sólo porque lo cree más sólido que el de sus rivales, sino porque necesita contrarrestar la sangría de dirigentes que el sciolismo comenzó a hacerle padecer desde hace una semana.

Tras el pase más resonante de la diputada Mónica López, ayer oficializaron con una foto su regreso al redil kirchnerista dos platenses: Carlos Melzi y el diputado provincial Alberto Delgado, además de un concejal de San Vicente, Julio Goya.

Goya venía de salir tercero en la interna massista para la intendencia de San Vicente. Melzi también peleó la intendencia, en La Plata, y también salió tercero. Anteayer se habían pasado al sciolismo otros dos postulantes que perdieron la PASO platense: Marcelo Leguizamón (segundo) y Javier Pacharotti (cuarto).

"Hay una demostración de la debilidad del sciolismo, que utilizando la plata del Estado compra a los perdedores de las PASO del Frente Renovador. Esa compra a veces se traduce en contratos y a veces en transacciones dinerarias. Es una situación que deshonra a la política", acusó la diputada Graciela Camaño. En Tigre creen que las "transacciones" y la sangría no se detendrán.

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