Massa apura el paso en los distritos de aliados radicales

Bella Vista es una localidad de poco menos de 40 mil habitantes, ubicada al oeste de la provincia de Corrientes, sobre el río Paraná, a 140 kilómetros de la capital correntina. El lugar es conocido por convertirse todos los años en la sede de la Fiesta Nacional de la Naranja.

Su personalidad más destacada es Eugenio Nito Artaza, el actor y senador radical que el sábado paseará por sus calles y recorrerá la Fiesta de la mano de Sergio Massa.

Será la primera reacción pública del líder del Frente Renovador frente al juego de seducción que despliegan Mauricio Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz, que amagan con ir a juntos a las primarias y que podrían complicar sus planes de llevar candidatos a gobernador radicales en varias provincias. La foto con Artaza, un fuerte crítico de los coqueteos de su partido con el PRO, será la primera reacción de Massa pero no la única: una semana después se verá en Formosa con el senador Luis Naidenoff, que aspira a destronar en 2015 a Gildo Insfrán, que gobierna la provincia desde 1995. Y a la semana siguiente visitará en Tierra del Fuego a Federico Sciurano, el intendente de Ushuaia.

Ayer, desde el búnker que el tigrense tiene en tierra porteña, sobre la calle Rodríguez Peña, mantuvo contactos con el jujeño Gerardo Morales y el tucumano José Cano. Su mensaje fue: “Cuenten conmigo, no les voy a poner condiciones. Quiero una alianza de políticas públicas”.

No fue un día más en el comando massista: el análisis pasó por la movida macrista de alentar, por primera vez en boca de Macri, la posibilidad de ir a las PASO con Sanz y Carrió, La necesidad de Massa pasa por cerrar filas “con los radicales que tienen votos” –así razonan los massistas en privado, en desmedro de Sanz y Carrió– antes de que la UCR se defina orgánicamente sobre la política de alianzas para las próximas presidenciales. Se supone que eso ocurrirá recién el año que viene en la Convención Nacional, máximo órgano partidario. La fecha es un misterio y el misterio tiene razón de ser: los radicales no saben hasta dónde llegarán los chispazos de la interna.

Lo que sí tiene en claro Massa es que, a diferencia de lo que razonaba cuando nació UNEN, la sociedad de radicales, socialistas y la Coalición Cívica no hallará destino –una visión que también comparte Macri– y que la pulseada será con el PRO para dividirse el conglomerado de dirigentes con representación en sus provincias y que posean el sello de la UCR.

Por lo pronto, la recorrida del sábado en Bella Vista anticipa la oposición de Artaza a un eventual acuerdo de su partido con el PRO. Dijo Nito a Clarín: “No puede ser que la agenda nos la esté llevando Carrió y menos puede ser que el radicalismo quiera ir hacia Macri. Ideológicamente no podemos estar cerca de Macri. Es como ir a favor de la reprivatización de las jubilaciones. Nosotros somos un partido nacional y popular”.

El senador reconoció que la crisis de UNEN los está sacando de la carrera de contar con un candidato propio que pueda pelear la sucesión de Cristina y advirtió que, con el escenario actual, en la UCR deberán pensar en la contienda electoral como “un tiempo de transición”. Lo explicó así: “Tenemos que pensar en ganar gobernaciones e intendencias y en mantener el poder que tenemos en el Congreso”. La banca de Nito vence el año próximo y aspira a renovarla. O sea: la sociedad con Massa podría prosperar.

Algo parecido piensa Naidenoff. Ayer, en medio de una apretada agenda, argumentó ante este diario: “En Formosa tenemos una realidad particular y conformamos un frente con distintas fuerzas y entre ellas está el peronismo disidente, que ve en Massa una alternativa de cambio. Nuestra prioridad es acabar con una estructura y feudal en la provincia”.

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