María del Carmen Gallegos de Cash: “La lentitud de la Justicia entorpeció la investigación”

María del Carmen Gallegos de Cash: “La lentitud de la Justicia entorpeció la investigación”
María del Carmen Gallegos de Cash es la madre de María Cash, la mujer desaparecida hace dos años y 7 meses en Salta. Se dijeron muchas cosas de la joven diseñadora pero se hizo muy poco por parte de la Justicia para dar con la mujer. Su familia la busca sin parar dentro de sus posibilidades y confía en que Dios, la fe y su fuerzas harán que en algún momento aparezca: “No puede ser que no esté en ningún lado, hay alguien que debe saber dónde está y no lo dice”.
María Gallegos, durante este tiempo, estuvo haciendo un trabajo silencioso, pero no menos importante en la búsqueda de su hija. Fue y sigue siendo el sostén de la familia Cash.

Se casó hace 39 años con Federico Cash y tuvieron 4 hijos: Máximo, Patricio, María y Santiago.

Es una familia de clase media de Barracas, que vive del sueldo de jubilado, de la ropa que hace María (tarea que compartía con su hija) y sus pocos ahorros, que se fueron en la búsqueda de María.

María Gallegos es una madre que espera respuestas a las mil preguntas que tiene sobre la desaparición de su hija, sobre el actuar de la Justicia y sobre la falta de apoyo del Estado para encontrar a María. Es una madre que espera dar con el paradero de su hija y que muchas veces se desespera por no saber dónde está.

Estuvo la semana pasada en Salta junto a su marido para la marcha número 157 que realizan los familiares de víctimas contra la impunidad y habló con El Tribuno.

¿Cómo es María?

Muy especial. Siempre con una sonrisa, esa con la que sale en las fotos. Tiene muy buen carácter. Es muy habilidosa manualmente, con mucha gracia. Toda la ropa que ella hacía era espectacular. Muy creativa.

Siempre estábamos peleándonos por una cosa o por la otra (risas), pero era muy cariñosa. Ella era muy alegre, tenía sus altas y sus bajas, como todos, pero era alegre y siempre esa hermosa sonrisa en su cara.

¿Cómo fueron los últimos días antes de que María decida venir al norte?

Estaba en la disyuntiva de irse al sur o al norte. Buenos Aires la mataba, no le gustaba esa vida, no le gustaba la locura, por eso María quería irse a vivir a otro lado. En eso conoció a este chico que vivía en Jujuy (Juan Pablo Dumont) y la invitó a irse allá con la promesa de que él la iba ayudar porque conocía mucha gente, le dijo: “Vení que yo acá conozco gente y ves qué pasa”. Entonces se decidió y se fue. Llevaba ropa para vender allá, que había hecho yo y la que había hecho ella.

Yo le dije que se fuera a probar, total, si no le iba como pensaba, podía volver. Mirá vos cómo son las cosas. No sé por qué se me habrá ocurrido eso. Debería haberla mandado al sur, que es mucho mas tranquilo.

Yo pensé, Jujuy es lindo, está cerca de Salta donde tiene una amiga y le dije: “Largate para allá y cualquier cosa volvés”. Y así fue como vino para acá. Ahí comenzaron todos los problemas.

¿De dónde conocía a Juan Pablo Dumont?

Lo conoció en Buenos Aires cuando el chico supuestamente estaba estudiando cheff con el Gato Dumas. Después él se volvió a Jujuy y se hablaban por teléfono. No hablaban todos los días, pero cuando lo hacían, estaban como una hora. El es mucho más chico que ella, porque en ese momento tenía 23 o 24 años y ella 29. Yo le preguntaba por este chico y me decía que eran solo amigos. Dijo que era un chico muy especial y me dio a entender que era gay.

¿Y qué pasó después que se subió al colectivo que la trajo para acá?

Yo le había regalado un teléfono que no andaba bien. Le estaba fallando la batería. Por otro lado, para mí en el colectivo le robaron, porque ella llevaba plata y cuando llegó a Jujuy ya no tenía casi nada.

¿Ella llegó a Jujuy?

Llegó a Jujuy después de bajar en Rosario de la Frontera, de ahí un camión la llevó a Santiago del Estero y después a Jujuy.

Una vez allí, llamó a la casa de su amigo y la atendió la hermana de este chico Dumont. No sé qué le dijo ni qué pasó, pero después de eso María empezó a andar con esa valijota colorada y comenzó a bajar hacia Salta para encontrarse con esta amiga que tiene acá. Nunca encontramos la valija, pero sí la mochila que estaba en el peaje de Aunor.

¿Qué les hizo encender el alerta?

Cuando nos llamó el viernes 6 de julio a las 5.25 de la tarde. Habló 3 minutos y se cortó, pensamos que iba a volver a llamar, pero se hicieron las 7 de la tarde y no llamaba, las 8 y no llamaba, a las 9 nos dio el ataque y comenzamos a llamar a Jujuy, a la Policía, a Gendarmería, hicimos la denuncia y llamamos al chico. El nos dijo que María habló por teléfono desde un taller mecánico que queda a una cuadra de la terminal y que fue su hermana quien la atendió, le dijo que se tome un taxi y que fuera para su casa y que ella le dijo que bueno, pero nunca llegó. No sé qué le habrá dicho la hermana. Lo que sé es que ella llamó de Gemes para decirme: “Mamá, me quiero ir a Salta”, y yo comencé con las preguntas: ¿María qué pasa? ¿Dónde estás? ¿Te sentís mal?, y fue ahí que agarró el teléfono Fredy (Federico Cash) y se cortó la comunicación.

¿Qué hicieron?

Hicimos la denuncia. Todas las gestiones las hicimos en Jujuy porque hasta ese momento pensamos que estaba ahí.

¿Después mandó un mail?

Ese mail fue el último contacto que tuvimos de ella. Pedía los teléfonos de la familia y de esta amiga que ella tenía en Salta. Para mí a esa altura el celular ya no le funcionaba. Ahí fue cuando mi marido y mi hijo mayor salieron para Salta a buscar a María, porque en el mail decía que estaba acá. El 9 de julio a la mañana llegaron Salta y ahí empezó toda la búsqueda.

Se ha dicho mucho sobre la salud mental de María

Yo digo que recibió un shock y quedó mal. Algo que le pasó en el micro o después. Si ves el video de la ruta, camina para un lado, para el otro, como perdida, y te das cuenta que algo le pasa.

¿Usted no sospecha qué le pudo haber pasado?

No. Desgraciadamente no.

No sé qué pasó en la llamada que María le hizo a Juan Pablo que en realidad atendió la hermana, ni qué le sucedió en el micro, porque jamás se averiguó qué pasó en el primer micro que ella tomó. Nunca se interrogó a ningún pasajero, solo a los choferes.

¿Qué piensa de la Justicia salteña?

Que es un espanto, los resultados son desastrosos. Gendarmería se portó muy bien, realizó investigación al principio, pero después estuvo la burocracia, porque para todo hay que pedir autorización al juez y la lentitud de la Justicia entorpeció toda la investigación. La Justicia es una tortuga que camina, es cualquier cosa.

Para aceptar un abogado que nos ponía la Nación, tardó 6 meses el señor Medina. Así que te imaginás que para mí Medina es lo mismo que el basurero. Creo que no está muy bien conceptuado.

Se está tratando de descifrar quién fue el que amenazó a mi marido en diciembre del año pasado. Pasaron 4 meses.

Todo fue mal encaminado. Primero al caso lo tuvo Martín Pérez, el mismo que a las francesas; luego pasó a Diez, después a manos de Servini de Cubría, porque al menos la teníamos cerca y podíamos seguir un poco más lo que se hacía, pero después volvió a Salta. Pusieron de excusa el tema de la distancia que impedía la investigación. No sé, pienso que querían sacarse el caso de encima y pusieron cualquier excusa. Ahí fue que tomó el caso el juez Miguel Medina desgraciadamente.

Y en el hospital, ¿qué pasó?

Dijeron que estaba atontada, ¿cómo no la detienen?, si ya figuraba como María Cash. ¿Cómo dejan a una persona que se vaya? Si la ves mal la tenés que retener, no podés dejarla ir. ¿Qué hay detrás de eso?

La buscaron por todos lados, ¿en qué se mueven?

En enero del 2012 nos robaron el auto. Era un Duna que andaba fantástico. Fuimos a misa un domingo, porque siempre le hacemos misa a María y cuando salimos ya no estaba más. Ahí nos cortaron las piernas porque sin auto se nos hace difícil movernos.

Nadie nos presta un vehículo, por más que se lo pedí a un montón de empresas y organismos. No sé qué le cuenta a la Nación prestarnos un auto de los tantos que tiene. El único que prestó fue la Fiat. Les prestó una camioneta a los chicos para que fueran a Misiones y Chaco. Los demás, nada.

¿Qué más hacen?

Todos los 8 íbamos a Plaza de Mayo y hacíamos algo para recordar a María, pero ahora ya no vamos. Los 8 de todos los meses hacemos una misa por María. Los 8 de julio, que es cuando desapareció, y los 15 de diciembre, la fecha de su cumpleaños, hacemos una reunión con los medios y se habla y nada más. ¿Para qué hacer más? Total... Es lo mismo que nada.

¿Recibió algún apoyo de la Nación o de la Provincia?

No. Nada. Ni de acá de la provincia ni de la Nación. Jamás, y lo vuelvo a repetir, jamás Urtubey dijo “señora estoy a su disposición”. Nunca. Por otro lado, dice que María no se perdió acá; eso lo dijo por una radio salteña. Fijate qué importante lo que dijo, porque si asegura que acá no desapareció, es porque sabe dónde, sería bueno que nos lo diga a nosotros.

¿Tuvieron contacto con Susana Trimarco, madre de Marita Verón?

Una vez que estaba en Buenos Aires mi marido se contactó con ella y nos fue a ver. Los resultados fueron malos, porque prometió que nos iba a ayudar y nunca hizo nada. Para mí se portó muy mal con nosotros.

¿Qué cree que le pasó a María? ¿Cree que pudo ser víctima de una red de trata?

No sé. Desgraciadamente no podemos llegar a saber nada. Puede ser que esté en la trata, puede estar muerta, haber sido raptada por un loco que la mató o que no la mató y la tiene secuestrada o perdió la memoria y está en otro lado.

Hay algo raro y no sé si tiene que ver o no con Dumont. Cuando fui a conocerlo a Jujuy a este chico, la madre cada 2 segundos lo llamaba por teléfono. Hay algo ahí para mí. Si el chico sabe hablar y es bueno, ¿por qué está tan atrás la madre?

¿Y de qué hablaron con Dumont?

El me dijo que nunca le había dicho a María que se fuera a Jujuy, que fue lo mismo que declaró cuando lo interrogaron. Yo sé que sí fue él quien la invitó a venirse y me lo terminó confesando, pero en las declaraciones lo negó.

¿En qué estado está la causa?

Tratando de descifrar quién fue el que amenazó a mi marido en diciembre del año pasado. Pasaron 4 meses y aún no se sabe nada.

¿Cómo es su vida ahora?

Mi marido está permanentemente con la compu, el teléfono y los juicios. Yo colaboro en lo que puedo, hago mi parte y después sigo con mi vida.

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