Manzur recibió el bastón y anunció reformas

Manzur recibió el bastón y anunció reformas

Junto a su vicegobernador Jaldo, el nuevo mandatario llamó al diálogo y a cambiar el sistema electoral, y vaticinó un triunfo de Scioli. Video.

Las escandalosas elecciones que lo llevaron a la Gobernación e instalaron el tema del clientelismo a nivel nacional quedaron en el pasado. Esta vez, los ojos del país se posaron en un Juan Luis Manzur más sonriente que nunca. La felicidad dibujada en su rostro no se debía sólo a que había recibido el bastón de mando de su ex jefe político y antecesor, José Jorge Alperovich. Tampoco al cálido acompañamiento de su esposa Sandra, de sus hijasSamira y Wade y del pequeño Elías. Ni siquiera a las loas y agradecimientos de su vicegobernador Osvaldo Francisco Jaldo. 

Además del afecto esperado, el nuevo jefe del Poder Ejecutivo (PE) de Tucumán recibió el abrazo personal y político del peronista que luchará en el balotaje del 22 de noviembre por convertirse en presidente: Daniel Scioli. En el repleto teatro San Martín, el juramento de Manzur como gobernador se mezcló con el relanzamiento de la campaña de la fórmula del FpV, Scioli y Carlos Zannini. Ni siquiera Aníbal Fernández, derrotado candidato a gobernador bonaerense se perdió la ceremonia del ex ministro de Salud de Cristina Fernández.

Con un discurso que se extendió durante casi una hora, Manzur les envió mensajes a todos los sectores de la escena política. A la oposición y al peronismo. A los productores y a los profesionales. A los que se van con Alperovich y a los que llegan de su mano. Hubo un momento para los dirigentes históricos de la Argentina, como Juan Domingo Perón y Raúl Alfonsín, y también para los tucumanos célebres, como Juan Bautista Alberdi, Mercedes Sosa y César Pelli. Habló de los logros obtenidos y de los anhelos. Admitió sus preocupaciones (inseguridad, narcotráfico, desocupación) y anticipó algunos de sus planes de gestión para tratar de resolver esos problemas.

También les agradeció a sus invitados especiales, Scioli y Carlos Zannini, la fórmula del Frente para la Victoria que disputará la presidencia con Mauricio Macri. “Ellos, a partir del 22 de noviembre van a conducir los destinos de la Nación”, afirmó Manzur. El mandatario bonaerense saliente y el secretario de Legal y Técnica de Cristina, que estaban sentados en la parte posterior del escenario, respondieron los elogios con sonrisas y saludos para las barras, que cantaban: “¡se siente, se siente, Scioli presidente!”. El gobernador tucumano no olvidó al jefe de Gabinete de la Nación, quien sufrió una dura derrota el domingo pasado a manos de la macrista María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires. “Un saludo especial para mi amigo, Aníbal Fernández”, exclamó. El referente kirchnerista, que estaba sentado junto a la senadora Beatriz Rojkés de Alperovich, esbozó una sonrisa e hizo la “V”.

La ceremonia comenzó a las 10.20. Las afueras del teatro San Martín eran un hervidero de dirigentes y de militantes oficialistas. El calor también se hizo sentir adentro. No sólo porque los equipos de aire acondicionado no daban abasto. Las barras amenizaron la espera con un variado repertorio, que pasó de la marcha peronista a los cánticos dedicados al líder radical José Cano. “Cano, no infles las p..., la Casa de Gobierno se mira y no se toca”, fue el hit de la mañana.

Los legisladores, desde las primeras butacas del teatro, se dividieron en dos alas: a la izquierda de Manzur estaban los oficialistas (faltó Andrés Galván); a la derecha, los opositores (no asistió el dirigente bancario Eduardo Bourlé). Antes de subir al escenario, el nuevo gobernador le dio un fuerte y prolongado abrazo al peronista Juan Ruiz Olivares. ¿Una caricia especial para el líder del acople oficialista Acción Regional, quien quedó fuera de la mesa de conducción de la Legislatura?

La sesión fue conducida por el presidente subrogante de la Cámara, Julio Silman. El ex intendente de Alderetes anunció las comisiones protocolares interna y externa, que fueron a buscar a Manzur y a Jaldo al viejo edificio legislativo.

Tras una larga espera llegaron los protagonistas del día. Luego aparecieron Scioli y Zannini; gobernadores peronistas como José Luis Gioja, Lucía Corpacci y Maurice Closs; y funcionarios nacionales como Sergio Rossi, Diego Bossio y Eduardo “Wado” de Pedro.

Primero prestó juramento el vicegobernador electo. Les agradeció a su esposa Ana y a sus hijas Belén y Celeste. Los aplausos regresaron cuando juró Manzur. El gobernador recibió el bastón de mando de su antecesor, y la orquesta de la Provincia ejecutó El himno de la alegría. Después, el ex ministro de Salud leyó el discurso inaugural, de 23 páginas. El texto, además de los saludos de rigor y de plantear los objetivos de la gestión, le sirvió para enviar mensajes políticos. Uno de los más importantes fue el llamado al consenso. “Con el objetivo de consolidar nuestra democracia, debemos pensar en el desarrollo de una reforma política que se construya a partir de la participación del conjunto de los actores de la sociedad, como así también un sistema electoral que tienda a lograr mayores niveles de democratización institucional y social. Daremos inicio a un proceso de diálogo político con representantes de los distintos partidos, universidades, organizaciones políticas y sindicales para debatir de manera abierta diferentes propuestas que contribuyan a mejorar la calidad de nuestro sistema político”, exclamó el gobernador. 

Y se refirió al año del Bicentenario, que se celebrará en 2016. “Como cualquier momento histórico, nos encuentra con ideas y posiciones distintas y tal vez antagónicas sobre la provincia que queremos o las políticas públicas que más convienen. Hagamos del Bicentenario nuestra oportunidad para el reencuentro”, anheló Manzur. 

Más allá del clima de campaña por el relanzamiento de la fórmula Scioli-Zannini, Manzur clavó la mirada en el Bicentenario de la Independencia, invitó a dar vuelta la página por las caóticas elecciones del 23 de agosto y blanqueó sus anhelos para estos cuatro años. En 2019 se sabrá si, finalmente, pudo convertirlos en realidad.

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