Mano a mano hemos quedado

Mano a mano hemos quedado

Faltan pocas horas para que termine la campaña y algunas más para que los marplatenses elijan a su nuevo intendente. Gustavo Pulti y Carlos Arroyo se disputan el lugar. El resto aspira a llegar al Concejo Deliberante.

La campaña fue intensa, áspera por momentos. Cada político hizo la jugada que creyó más conveniente y en menos de 48 horas ya no se podrá decir ni hacer ningún tipo de campaña. La responsabilidad, entonces, pasará a manos de los marplatenses y batanenses que deberán elegir quién es el mejor candidato para conducir Mar del Plata durante los próximos cuatro años.

Técnicamente, son cinco los aspirantes a la Intendencia, pero la realidad marca que solo dos de ellos tienen posibilidades reales de alcanzarla: Gustavo Pulti (Frente Marplatense) y Carlos Arroyo (Cambiemos). Las encuestas dan como favorito al candidato macrista, aunque en el pultismo no bajan los brazos. Ven algunas cuestiones que les permiten ser optimistas. La primera es que la diferencia en los números ya no es tan amplia como hace algunas semanas. Entienden que el cambio de estrategia en la campaña, especialmente el casa por casa, permitió limar a diferencia con la que Arroyo arrancó la carrera después de su triunfo en agosto.

La segunda es que todavía hay un amplio margen de indecisos, es decir gente que decidirá a quién votará a último momento, tal vez cuando esté dentro del cuarto oscuro.

En el arroyismo, por el contrario, no creen que en el “empate técnico” del que hablan en el pultismo. Siguen hablando de 10 puntos de distancia, “como mínimo”. ¿Eso los relaja? No del todo: en el búnker de Cambiemos nadie olvida que todas las encuestas previas a las Paso decían que Pulti ganaba. La credibilidad de los encuestadores salió lesionada después del 9 de agosto. Ningún partido ni dirigente abandona la herramienta, pero tampoco duermen tranquilos con esa información.

Pulti intensificó en las últimas dos semanas el mensaje de que lo que propone Arroyo es un retroceso, un salto al vacío. A diferencia de lo que fue la campaña para las Paso, en la que la mira del Frente Marplatense estaba puesta en Vilma Baragiola, y las críticas apuntaban a recordar lo que habían hecho las gestiones radicales, ahora tratan de instalar la idea de la falta de equipos, gestión y planificación que tiene Arroyo.

El intendente tiene logros para mostrar y redobla la apuesta con los polideportivos barriales. Pero ahora no solo muestra las obras o los lugares donde funcionarán, ni habla por los medios del salto cualitativo que significará para muchos vecinos tener uno en su barrio. Va casa por casa a contarle a la gente de qué se trata. “Si hacía esto hace un año atrás ganaba cómodo”, confió un operador de Cambiemos.

“En todos estos años, por tener la cabeza en lo que hay que hacer, perdimos el contacto con la gente”, admitió el intendente en una entrevista radial días atrás.

Arroyo, en tanto, optó por no participar de los dos debates televisivos y en la extensa entrevista que mantuvo con 0223 dejó en claro los motivos: no le convenía ir. Tanto en Canal 8 como en Canal 10 no solo Pulti, sino los otros tres candidatos (Lucas Fiorini, Pablo Farías y Alejandro Martínez) destacaron varias veces la ausencia.

Más allá de esa decisión estratégica, el líder de la Agrupación Atlántica se aferró a su plan y trató de entrar lo menos posible en las polémicas. Eso lo llevó, durante las primeras semanas, a mantener cierta distancia de los medios de prensa que estaban a la búsqueda de las respuestas a cada una de las acusaciones que se conocía.

Una vez que las aguas se aquietaron y también ante la necesidad de dar a conocer su plan, Arroyo comenzó a convocar a conferencias para hacer anuncios y a dar entrevistas. En la recta final, el candidato macrista recibió a todos los dirigentes del Pro, que le dieron un fuerte respaldo a su candidatura.

Esas palmadas, Arroyo se las ganó a fuerza de votos. Durante las Paso ningún referente del espacio conducido por Mauricio Macri le dio apoyo absoluto. Prefirieron hacer equilibrio entre los dos candidatos de Cambiemos. Hoy, el concejal no sólo les da la posibilidad de sumar una Intendencia de peso a la estructura, sino que también les aporta votos importantes a los candidatos de arriba.

¿Cuál será el rol de los otros tres candidatos? Todos aspiran a alcanzar la cantidad de votos necesaria para tener representación en el futuro Concejo Deliberante. En el caso de Farías y Fiorini, además, se trata de su primera postulación a intendente, por lo que esta elección les servirá para instalar su nombre como una alternativa a futuro.

Queda clara que en Mar del Plata la elección está polarizada, sin embargo hay chances de que uno de los otros tres candidatos supere la barrera de 8,44%, necesaria para meter concejales. El mejor posicionado es Fiorini, que en la primaria ya sumó (en conjunto con Alvarito Fanproyen) esa cantidad de votos. Y a diferencia con lo que se especulaba en aquel entonces su candidato nacional, Sergio Massa, no se derrumbó en intención de votos, por lo que sus posibilidades de meter gente de su riñón en el próximo cuerpo legislativo son amplias.

En el caso de Progresistas y el Frente de Izquierda la cuestión es más difícil. Ambos mejorarán su performance con respecto al 9 de agosto, pero lograr representación legislativa parece difícil.

La próxima Columna de Miércoles será con la cosa resuelta. Ya sabremos quién será el intendente de Mar del Plata en el período 2015-2019. Será tiempo entonces de hablar sobre cuáles serán los desafíos y los problemas a resolver. Que no son pocos.

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