El manejo, la llave para que la soja se acerque a su potencial de rendimiento

La brecha entre los resultados y lo que puede expresar la genética supera el 20%. Impacto de la biotecnología.

Mientras la investigación en genética hace todo lo científicamente posible para que la productividad de la soja crezca anualmente entre uno y 1,5 por ciento, prácticas de manejo no tan ajustadas hacen que esa potencialidad se vea sólo reflejada en los papeles.

“La brecha es grande. En algunas zonas de la provincia de Córdoba la distancia entre lo que se produce y el potencial que ofrecen las variedades llega a 20 por ciento. Pero en el norte del país, el diferencial es mayor y llega al 80 por ciento. La clave está en ajustar el manejo para que la genética pueda expresar toda la productividad”, explicó a La Voz del Campo Rodolfo Rossi, investigador global para Argentina, Brasil, Estados Unidos y Sudáfrica del semillero Nidera.

Antes de viajar a China, donde disertará en el Cuarto Congreso Mundial de Agricultura, Rossi pasó ayer por Córdoba para exponer sobre la contribución que realiza el mejoramiento genético moderno en la obtención de altos rendimientos para la oleaginosa. Lo hizo en la Jornada Soja con Sustentabilidad que organizó la Bolsa de Cereales de Córdoba.

La experiencia acumulada en el campo, la estabilidad de las variedades, el conocimiento, y la resistencia a las enfermedades son las cuatro consideraciones que el productor tiene en cuenta al momento de elegir una variedad de soja, explicó Rossi.

La tecnología ayuda

Durante la campaña pasada, el debut en la provincia de las nuevas sojas RR2 PRO (resistencia a malezas y a insectos), conocida como tecnología Intacta, ha dejado buenas sensaciones entre los productores. Ventajas en el manejo, reflejadas en la ausencia de tratamientos contra ataques de insectos y un menor tránsito en el lote; y también un plus de rendimiento, hacen que su desempeño pase a convertirse casi en estratégico. “Se trata de una herramienta que viene para sumar y que con un manejo nutricional adecuado permite elevar el rendimiento que es, en definitiva, lo que buscamos los productores”, sostuvo Adrián Comba, productor de la zona de Río Tercero, quien expuso sobre los resultados de su primera experiencia en el uso de las nuevas sojas biotecnológicas.

“Redujimos el impacto ambiental, debido a que no fue necesario realizar ninguna de las tres aplicaciones de insecticidas que sí debimos realizar en lotes que no tenían a la variedad Intacta”, admitió Comba, quien intercambió información sobre la nueva genética junto a sus colegas Sebastián Vicentini y Javier Balcells.

“Mostró un gran vigor, en especial al comienzo del ciclo cuando las condiciones climáticas no eran favorables. De haber continuado la situación adversa, es probable que hubiera expresado mucho más el potencial. Igualmente, rindió entre siete y ocho por ciento más que una variedad de su ciclo similar”, sostuvo Balcells, productor de soja en Pilar.

En la zona de Los Mistoles y Capilla de Sitón, Vicentini hizo el 50 por ciento de la superficie de soja con la tecnología Intacta. “El problema en la zona es el ataque de bolillera, que en esta campaña no se vio en los lotes con las variedades RR2 PRO. Al final del ciclo también solemos tener ataques de medidora y la respuesta fue excepcional”, sostuvo el productor.

El manejo que Vicentini tuvo que hacer de los lotes con variedades RR1 fue muy diferente; allí se vio obligado a realizar hasta tres aplicaciones con insecticidas.

Rodrigo Bosch, técnico de Nidera y moderador del panel de productores, valoró el aporte que la flamante tecnología en soja hará al manejo del cultivo. En especial, en aquellos lotes más alejados, donde la logística para llegar con una pulverizadora puede ser dificultosa, los que no tienen piso suficiente, o los que están en zonas periurbanas.

“Nadie podrá aconsejar utilizar esta tecnología en el ciento por ciento de los lotes porque, como primera medida, se estará obviando la necesidad de dejar un 20 por ciento del área como refugio. Pero en determinados lotes, que el productor tendrá que identificar, le simplificará el manejo y le aportará mejores dividendos”, resaltó Bosch. A la hora de evaluar el impacto económico de la tecnología, el ahorro puede llegar a 20 dólares por hectárea, descontando el costo de cuatro aplicaciones y el canon por el uso de la genética.

Tecnología a futuro

Mientras la soja con dos genes apilados busca consolidarse y seguir ganando adeptos (que estén convencidos de pagar por el uso de esta tecnología), los genetistas de los principales semilleros siguen trabajando en mejorar la oferta disponible. Saben que frenar la carrera de la investigación –que apunta a obtener cada vez mayores rendimientos– podría generar a futuro un déficit en la producción. “La necesidad pasa por producir cada vez más con menos superficie. Con el nivel genético actual, sólo se podría atender la mayor demanda de mediano plazo creciendo en superficie y eso ya no será tan posible. Los saltos en productividad tendrán que ser mayores”, admitió Rossi.

La sumatoria de más genes es parte del futuro de la biotecnología, según proyectan los especialistas. La resistencia a nuevos herbicidas (como Dicamba y 2,4 D) y variedades con aptitud forrajera es parte de la nueva tendencia.

A la espera de este nuevo salto tecnológico, el modelo productivo actual tiene como desafío ser lo más eficiente posible.

El uso racional del agua, la rotación agrícola, el material genético y la biotecnología, la fertilidad del suelo, el control de malezas y la protección foliar es parte de la ecuación productiva que empresas como Aceitera General Deheza vienen poniendo en práctica desde hace varias campañas.

La idea es hacer cada vez más sustentable el negocio.

Cosecha récord

El secretario de Agricultura de la Provincia, Juan Cruz Molina, confirmó una producción récord de soja durante la última cosecha en la provincia.

“Si bien aún se está cosechando maíz de segunda fecha, la producción de soja, maíz y maní va a ser récord en la provincia”, sostuvo el funcionario. Hasta el momento, la mayor cosecha de soja en la provincia se registró en la campaña 2009/10, cuando se levantaron 14,03 millones de toneladas.

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