Malas lenguas 930

La SUBE baja. La denuncia que presentó en el fuero federal, tanto en el ámbito civil como penal, el concejal Hernán Alcolea, referida al acto instrumental que dio lugar al funcionamiento de la tarjeta SUBE en el partido de General Pueyrredon, va directo a los actores políticos responsables: Gustavo Arnaldo Pulti y Florencio Randazzo deberán dar cuenta de sus actos, por haber impulsado y efectivamente puesto en marcha este sistema que fue en origen pensado para Capital Federal y Gran Buenos Aires. El acuerdo implica que lo recaudado por la SUBE va a un fideicomiso que maneja Nación Seguros, controlada por el ministro Julio De Vido. El intendente Perogrullo/Cospelito descalificó la denuncia como lo hace habitualmente, menospreciando al denunciante y no dando razones de su proceder. Dijo: “los negados hacen lo que pueden”. Como todos los comunes mortales, menos él, que hace lo que quiere.

Vergüenza I. Empresario joven, ambicioso, con ganas. Obtiene un contrato con Ferrobaires para colocar cartelería paralela a las vías del ferrocarril en jurisdicción provincial, y en un principio, todo bien: contrato firmado y sellado, clientes para facturar por el servicio. Hasta que aparece en escena el funcionario municipal Eduardo Bruzzeta, que decide empujar al empresario de marras a un infierno temido: el de la impunidad municipal. A lo bestia, Bruzzeta tiró abajo toda la cartelería usando una cuadrilla NO municipal, que actúa como barrabrava a sus órdenes. La ilegalidad ante todo…

Vergüenza II. Eduardo Bruzzeta se lanzó contra el concesionario de Ferrobaires sin mediar opción alguna. No valió contrato legalmente firmado y sellado, ni acuerdos de venta o lo que fuere como argumento razonable. Al ser requerido acerca del motivo de su comportamiento, respondió: “Lo hago porque quiero, porque tengo el poder. Vos te equivocaste: tenías que venir a hablar conmigo, y te fuiste a otro lado. Ahora olvidate: sacá los carteles, o te saco todo”. Advertido de que esto va a la justicia, la respuesta no fue menos indecorosa: “¿y a mí qué? Andá. Para cuando tengas una sentencia, yo ya no voy a estar, y esto lo va a pagar el Estado”. Exacto: tiene razón.

Esperando. Finalmente estuvo en MDP un equipo del Ministerio de Economía cuya misión es interesarse por los problemas de la pesquería local. Según el secretario de la Producción, se llevaron la exacta impresión de la situación gravísima del sector. Habrá que ver cuándo hay respuestas ciertas de carácter operativo. En tanto se da este escenario, una delegación angoleña recorrió el puerto, el INIDEP, y visitó una planta de elaboración en Vivoratá. En conclusión: chinos que buscan adquirir parte del complejo de la familia Solimeno, angoleños buscando negocios, y una avanzada del Ministerio de Economía para verificar qué mal está todo el esquema local. Extraño todo el combo.

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