Malas lenguas 1018

Malas lenguas 1018

De causas y operaciones I. La operación política consentida por el juez del contencioso administrativo Marcelo Fernández es de una literalidad política increíble. Fernández se contradice a sí mismo en definiciones anteriores. Además se aparta de lo normado por la Corte, que señala que las ordenanzas sólo son recurribles por inconstitucionalidad, cuestión que no puede ignorar, y les entrega en bandeja de plata un momento mediático a los accionistas marplatenses, ariete del kirchnerismo más cerril en Mar del Plata.

De causas y operaciones II. Marcelo Fernández es un funcionario público cuando menos extraño. Eso es un juez, un funcionario público posicionado en un lugar de privilegio: puede proteger al ciudadano, alterar la vida pública, su poder es inmenso. Insólitamente, es un sujeto público ausente de exposición pública en la era de la imagen pública. No existe en las redes, no existe imagen que le exponga debidamente ante la sociedad. Podrá decirse que un juez óolo se expresa por sus actos de orden jurídico. Era así: en la era de la imagen, cuando menos llama la atención su logradísimo nivel de invisibilidad.

La gente y la calle. Una convocatoria por las redes de las que el Gobierno se apartó formalmente, y explotó la calle en el país. En la de habitual pacata y cómoda Mar del Plata, el número de gente fue asombroso. La cobertura nacional era de TN y América TV, mientras Crónica, C5N y Canal 26 estaban en otra sintonía. Las redes sociales dimensionaron minuto a minuto lo que efectivamente ocurría. Quienes creen que pueden modificar la percepción ciudadana como hace una década, van por camino errado: la gente está a su aire y hace su propia forma de comunicación, efectiva y sin intermediarios.

Y llegó nomás. Idelmar Seillant, el secretario general del Sindicato Único de Profesionales y Trabajadores del IOMA, llegó a TN. Luego de siete años de ser silenciado por los medios metropolitanos, Seillant habló en extenso de la corrupción en IOMA, lo cual viene denunciando con valentía junto a su gremio desde 2010. Seillant ha llevado la denuncia con enorme coraje cívico y personal, y ha recibido amenazas de muerte personales y familiares. Tuvo que terminar el gobierno de Scioli y la chequera de los fondos de la provincia para que el grupo Clarín abriera el grifo a estas verdades de puño que Seillant sostiene en soledad desde hace más de un lustro. Todo llega.

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