Maiorano en la misma ruta que los camioneros

Tal vez el relato de un hecho puntual nos acerque a la realidad. En Capital Federal a las 16.30 del 18F en Avda. de Mayo y Sáenz Peña, desde un Bora negro con vidrios polarizados, descendió Julio Piumato, recibido con una ovación por el público que comenzaba a congregarse en el lugar,  para una hora y media después comenzar la Marcha del Silencio en homenaje a Alberto Nisman.

Detrás de Piumato, aparecieron alrededor de 20 hombres totalmente vestidos de negro, con la inscripción en sus dorsales con letras blancas “Marcha del silencio”. Uno de ellos, vestía totalmente de blanco y a la inversa en letras negras llevaba la inscripción Marcha del Silencio, obvio, era el jefe. Todo ese grupo de tareas, tenía como función brindar protección a la marcha de jueces y fiscales, algo razonable ya que hubiera sido imposible contener la presión, que ejercerían minutos después alrededor de 400.000 personas que participaron de la manifestación.

En esa columna, bajo la lluvia torrencial, no hay que olvidarse que también viajó la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, con lo cual era necesario un cierto margen de seguridad ante la posibilidad de desbordes. Pero yendo al punto que nos interesa: mdphoy.com en el lugar preguntó a los hombres vestidos de negros ¿a quién correspondían, a quiénes pertenecían? La respuesta: somos de la rama de recolección de Camioneros.

Este introito sirve para ubicarnos en el contexto. Camioneros proveyó la seguridad a los organizadores, de la mayor marcha opositora de 12 años de kirchnerismo. Y este no es un dato menor, porque demuestra hasta dónde llegan los lazos de la política. Curiosamente este hecho no fue reflejado por la prensa en general, máxime que ni la Policía Federal ni la Policía Metropolitana, tuvieron a su cargo el operativo de control del acontecimiento.

 

La violencia verbal de Maiorano y su desentendimiento de hechos graves, que se suceden en el Concejo, corren par y paso con la violencia y la prepotencia que a menudo practican los camioneros con el Clan Moyano a la cabeza. Tampoco será raro, que Maiorano y Ciano terminen negociando alguna ordenanza, cuarto intermedio etc. etc.

Maiorano, es el fruto del mal paso de Baragiola. Es la derivación de un episodio, que justamente se desarrolló en la sede del Sindicato de Choferes Camioneros. Maiorano llegó a sentarse como presidente del HCD, a raíz del desplazamiento de su correligionaria. Viene desde el perigeo de la UCR local, a la que se le han escurrido más de 100.000 votos. No se ha caracterizado, por el nivel académico en los debates en los que intervino, como tampoco ha enriquecido su producción con proyectos de ordenanza ni en calidad ni en cantidad. De esta forma, seguramente, no hubieran actuado ni el profesor Aprile ni el CPN Mauricio Irigoin ni el escribano Oscar Pagni, por citar sólo algunos ejemplos.

Orgánicamente en la UCR, saben que es un sapo que hay que tragarse, para llegar con las chances intactas a octubre de 2015, para saber si Baragiola todavía puede aspirar a un turno radical entre 2015 – 2019. Precisamente en Camioneros se armó la piedra del escándalo que se llevó puesta a Baragiola de la presidencia del Concejo Deliberante. No son casualidades sino causalidades.

Desde el oficialismo se indujo a camioneros a un acuerdo que no existía, sobre la desafectación del chalet de Falucho y Santa Fe. Pero que es lo que dicen: “Cabrales no va a levantar ni un ladrillo” en la denominada Villa Valentina. Con lo cual redoblan la apuesta de la presión, la extorsión y la amenaza, que exhiben con total impunidad cada vez que la necesitan. Estos son los compañeros de Emiliano Giri, quien participó de sus listas con apoyo de Hugo Moyano con el Partido CET de la Cultura, la Educación y el Trabajo, con De Narváez en la sociedad. Estos mismos muchachos, son los que aflojaron los dientes de Walter Alló, están todos filmados.

Maiorano tiene la potestad que le atribuye, y lo obliga su cargo, para formular denuncia penal para generar antecedentes que no dejen lugar para más violencia ni destrucción de bienes públicos. Es la misma madera, la misma ruta, capaz de negar amenazas, callarlas o negociarlas con algún vecino de su barrio, concejal también he involucrado en ciertas maniobras que generan estos desbordes, que en principio son verbales, sabemos cómo comienzan pero nunca cómo terminan.

Con respecto a la sesión suspendida, en el Frente Renovador, está la razón de los desórdenes, no por su participación sino por la conducta dual que han exhibido desde la llegada de Azcona y Fiorini. Hubo una señal que quedó en titilante. No hay ninguna posibilidad que camioneros avance con la desafectación del inmueble, salvo que algún bloque modifique sus votos.

Hoy Maiorano, es el presidente del máximo órgano representativo de todo el pueblo de Mar del Plata. Maiorano desde su autoridad, protege a algunos militantes del Frente Para la Victoria, que cobran módulos de por lo menos uno de sus concejales y van a apretar periodistas y a transmitir amenazas por las notas críticas que no se identifican con el kirchnerismo.

Por ello no resulta nada extraño, que Maiorano haya efectivamente amenazado a Ariel Ciano, ya que por abajo negocia, calla advertencias y amenazas que ha proferido una persona que revista con módulos en la planta de un concejal del FPV, quien también formó parte de la operación destinada a implantar, quizás miedo.

No han hablado de frente, sino de la peor manera que pudiéramos esperar con 32 años de democracia, con prácticas que lamentablemente todavía hay que soportar, de quienes viven de dineros públicos.

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