Magario, Espinoza y el rechazo oficialista: persigue el PJ bonaerense al voto evangelista

Magario, Espinoza y el rechazo oficialista: persigue el PJ bonaerense al voto evangelista

Con el objetivo de acaparar apoyos para las elecciones presidenciales, el Partido Justicialista bonaerense salió a la caza de votos en el interior de la Iglesia. Con esta premisa, Verónica Magario y Fernando Espinoza participaron de una fiesta evangélica en La Matanza.

 

La intendenta del partido más amplio de la Provincia, baluarte kirchnerista en la región -la semana pasada encabezó el homenaje a Néstor Kirchner junto a su hijo, Máximo-, se encuentra planificando una eventual postulación para competir con Vidal por la Gobernación. 

La celebración religiosa fue un impulso de Magario, quien por decreto municipal declaró al 31 de octubre como el Día de las Iglesias Evangélicas. “Venimos haciendo un trabajo social, de conjunto hoy en La Matanza, junto a todos los integrantes de la sociedad y por supuesto nuestras iglesias cristianas son parte de ese trabajo por los más necesitados, por aquellos que están mal", expresó.

 

Magario y Espinoza ya se habían mostrado con la cúpula eclesiástica semanas atrás, en la controversial misa de Luján. "Es un privilegio para nosotros poder contar con las autoridades máximas de este Municipio, por quienes oramos cada día en nuestros hogares y en nuestras iglesias", agradeció ayer en la fiesta el Pastor Gabriel Ciulla, presidente del Consejo de Pastores Evangélicos de Gregorio de Laferrere.

La jugada del peronismo no es casual: se trata del momento más algido en la relación de la Iglesia católica con el Gobierno nacional, que entre otras medidas habilitó el debate por la legalización del aborto. En esta línea, desde el Vaticano y la Conferencia Episcopal analizan terminar con el subsidio de $150 millones anuales que reciben del Ejecutivo.

De esta manera, la alianza entre la Iglesia y la oposición más radical comienza a tomar color, con la meta conjunta de desbancar a Mauricio Macri del poder y cortar la sangría del poder adquisitivo que padecen los pesificados.  

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