El presidente electo de Venezuela jurará su cargo ante el plenario de la Asamblea Nacional, con la presencia de jefes de Estado y altos funcionarios de al menos 15 países de América y Asia.
Mientras tanto, simpatizantes del chavismo se concentrarán en los tramos principales de siete avenidas del centro de Caracas, en la misma área en la que concentraron más de un millón de personas para el cierre de campaña de las dos últimas elecciones presidenciales, en octubre de 2012 y la semana pasada.
En tanto, Maduro presidirá por la tarde el tradicional desfile militar con que se conmemora la revolución del 19 de abril de 1810, cuando el Cabildo de Caracas destituyó al capitán general de Venezuela, Vicente Emparan, hecho que es considerado como el primer paso hacia la independencia de este país.
Tanto la ceremonia de juramento como el desfile serán presenciados por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y por jefes de Estado o altos funcionarios de Arabia Saudita, Bolivia, Brasil, China, Dominica, Ecuador, Haití, Honduras, Irán, Nicaragua, Palestina, Qatar, la República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, y Uruguay, se informó oficialmente.
Los miembros del bloque de la MUD anunciaron que no asistirán a la sesión solemne en la que jurará Maduro, debido a las medidas adoptadas por Cabello, quien el martes afirmó que no concedería el uso de la palabra a aquellos legisladores que no reconocieran el resultado de las elecciones del domingo, y este miércoles destituyó a todos los opositores que presidían comisiones parlamentarias, explicó el diputado Andrés Velásquez.
El presidente interino y electo de Venezuela y varios de sus colegas llegarán a Caracas en la madrugada, después de haber participado esta noche en Lima de una cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), convocada para analizar la situación generada en este país tras las elecciones del domingo pasado.
Maduro ganó la elección presidencial del domingo por una diferencia de 262.473 votos, equivalentes a menos de dos por ciento de los sufragios válidos, sobre el candidato de la MUD, Henrique Capriles Radonski.
Pero Capriles anunció que no reconocería el resultado hasta que el Consejo Nacional Electoral (CNE) cuente manualmente los comprobantes de la totalidad de los votos electrónicos, algo que no está prohibido por la legislación pero tampoco es obligatorio.
Ello generó una situación de tensión política en el país, que incluyó en la noche del lunes ataques a grupos de simpatizantes oficialistas que causaron ocho muertos y 60 heridos, según reportó el gobierno, y decenas de denuncias de agresiones y actos de intimidación por parte de ambos sectores.
“Las pruebas de la conspiración de la ultraderecha están y las vamos a revelar en las próximas horas; en Venezuela no tenemos oposición, lo que tenemos es conspiración permanente”, afirmó Maduro antes de partir hacia Lima.
A través de la red social Twitter, Capriles había acusado poco antes al oficialismo por la violencia.
“Grupos del gobierno vestidos o con afiches nuestros quieren generar violencia; nadie caiga en provocaciones” y “recuerden no pisar peines (expresión equivalente a la argentina `no pisar el palito`) del gobierno, ellos necesitan la violencia, ése es su libreto”, escribió el líder de la oposición.
La MUD presentó formalmente ayer la solicitud para que el CNE haga el recuento manual de todos los votos, y los cinco directores del poder electoral mantenían esta noche una prolongada reunión con el objeto de resolver cuál sería la respuesta del organismo, cuyo anuncio se consideraba inminente y, dada la relevancia del caso, iba a ser difundido a través de la cadena nacional de radio y televisión.
A la vez, Capriles -que en un momento del día dijo por Twitter que analizaba la posibilidad de asistir a la reunión de la Unasur en Lima- anunció que dirigiría un mensaje al país desde la sede de su comando de campaña, pero ello ocurriría sólo después del anuncio del CNE, precisó su oficina de prensa.
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