Según pudo saber LA NACION, en la Casa Rosada sospechan que los gobernadores y el peronismo, que en muchos casos forman parte de lo mismo, comenzaron a pasar facturas por reclamos que consideran incumplidos y perciben que en poco tiempo comenzará la campaña para las elecciones de 2019.

"El peronismo juega a dos bandas para bajar las tarifas. Obligan a Macri a vetar el proyecto, sostener los pilares del programa económico y pagar un costo político. Y si no la vetara, el PJ lograría postergar la suba de tarifas para 2019, que es un año electoral", dijo un funcionario de la Casa Rosada. En cualquiera de los dos casos, el PJ lograría un rédito político: el desgaste de Macri.

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Esta semana, la Comisión de Presupuesto, que dirige Luciano Laspina (Cambiemos), sacará el dictamen del proyecto que dispone que las subas de los servicios no excedan el índice del Indec de variación de salarios. También propone recortar el IVA a 10,5% para las boletas de usuarios residenciales.

La iniciativa es de los diputados Marco Lavagna, del Frente Renovador, y Diego Bossio , del Bloque Justicialista. No se podrá aprobar con mayoría simple hasta la semana siguiente, una vez transcurridos los siete días reglamentarios del dictamen. Solo entonces el PJ tendría número suficiente.

El jefe del bloque del PJ en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, presentó un proyecto idéntico, por lo cual se descuenta que la Cámara alta le dará sanción definitiva al proyecto con una alianza con el kirchnerismo y otros bloques.

En Diputados, el Gobierno necesita el apoyo de 20 legisladores para bloquearlo: tiene 108 diputados seguros y con 20 más se garantizaría mayoría. El problema es que hasta ayer el Gobierno no tenía de dónde sacarlos y que todos los sectores del peronismo racional y del kirchnerismo se unificaron.

Una alternativa era hurgar entre los gobernadores aliados de siempre que no pertenecen a Cambiemos: Omar Gutiérrez, de Neuquén; Hugo Passalacqua, de Misiones, y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, garantizarían 12 votos. Pero hasta ahora no hubo ningún llamado de los emisarios de Macri. No se descarta que ocurran esta semana.

La otra alternativa es quebrar a un sector del Bloque Justicialista, que responde a los gobernadores del PJ, o a la bancada del Frente para la Victoria, donde se apunta a los diputados que responden a la mandataria de Catamarca, Lucía Corpacci, de buen diálogo con el Gobierno.

"El bloque del PJ está raro, no responden a sus gobernadores. Ahora cada uno está haciendo su propio juego", dicen en la Casa Rosada. Otra lectura es que los gobernadores le dicen una cosa al Gobierno y luego les dan vía libre a sus legisladores para que se subleven.

"Hay fuerte preocupación porque no se puede conseguir el número", señaló un funcionario a LA NACION. En caso de que el peronismo logre sancionar la ley, Macri podría vetarla, pero eso no está totalmente definido. En algunos despachos lo dan por seguro. En otros deslizaron que el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba desaconseja el rechazo presidencial para no pagar el costo y transferirle la responsabilidad al peronismo.

"Todavía no están todas las cartas echadas y no sabemos qué pasará, por lo cual no hay una estrategia clara del Gobierno", dijo a LA NACION un allegado a Macri. El proyecto de ley que presentó el Poder Ejecutivo para quitar todos los impuestos provinciales de las boletas de servicios públicos está frenado en el Senado.

Sin embargo, el Gobierno celebró la adhesión a la baja de impuestos de los gobernadores de San Juan, Sergio Uñac; de Córdoba, Juan Schiaretti; de Entre Ríos, Gustavo Bordet; de Santa Cruz, Alicia Kirchner, y de los aliados de Cambiemos: Gerardo Morales, de Jujuy; Gustavo Valdés, de Corrientes; María Eugenia Vidal, de Buenos Aires, y Horacio Rodríguez Larreta, de la ciudad.

En la intimidad de la Casa Rosada aseguran que Macri no tiene temor de vetar la ley, como hizo con la ley antidespidos en 2016. Asumió el costo político e igualmente ganó las elecciones en 2017.

El escenario cambiaría si en 2019 se unificaran algunos sectores del peronismo. El desafío del Presidente será poder explicar las razones del veto con una buena estrategia de comunicación. Uno de los fastidios de Macri es que percibe que algunos sectores del "círculo rojo" y de los sectores medios no lo entienden. Y que su gobierno no se sabe explicar.