Macri vino siete veces a la provincia

Macri vino siete veces a la provincia

Ayer terminó una de las campañas políticas más largas que se recuerden. Mauricio Macri, el presidente electo de la alianza opositora Cambiemos, visitó Tucumán siete veces durante el último año. En el mismo plazo, su rival, el oficialista Daniel Scioli, aterrizó en la provincia en media docena de oportunidades, siempre para participar en los mitines multitudinarios organizados por sus anfitriones: el ex gobernador José Alperovich y el mandatario Juan Manzur.

La última visita de Macri tuvo lugar el 5 de noviembre pasado, luego de la primera vuelta del 25 de octubre. En esa oportunidad, el todavía jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires celebró “el pasaje” al balotaje con el diputado nacional tucumano José Cano y el gobernador electo de Jujuy, Gerardo Morales. Antes de partir en una caravana por el interior, Macri dio una conferencia de prensa en la que anunció que, si llegaba a la Casa Rosada, iba a bregar para que haya Justicia independiente en las provincias. “Toda la información pública debe estar al alcance de la población. Hay que acabar con los gastos reservados: es un escándalo lo que vemos en (la Legislatura de) Tucumán. Esto no puede suceder más: cientos de millones de pesos de los contribuyentes manejados en forma oculta y arbitraria por unos pocos”, reprochó indignado. 

Con el #Tucumanazo

Los excesos verificados en las controvertidas elecciones provinciales del 23 de agosto tuvieron un vocero en Macri, que al término de aquella jornada se unió a la denuncia de fraude que lideró Cano. Luego, “nacionalizó” la condena de la represión del 24 de agosto popularizada como #Tucumanazo.

Un mes después, y ya con Manzur proclamado gobernador, el presidente electo regresó para presentar “Belgrano”, el programa con el que pretende reconstruir y reparar las inequidades del norte argentino. Este proyecto tiene las siguientes metas: pobreza cero; aeropuertos y autopistas reformados; 250.000 viviendas nuevas, y agua y cloacas para dos millones de habitantes que carecen de ellas. 

En esos momentos previos a la primera vuelta, Macri se comprometió incluso a gobernar desde aquí. “Voy a venir a verificar cómo este plan ‘Belgrano’ marca un antes y un después en la historia”, prometió. Y dijo que Cambiemos era el espacio más coherente entre lo que dice y hace respecto de la corrupción: “nosotros hemos implementado el primer gobierno abierto en la Ciudad de Buenos Aires; rendido cuentas y respetado la independencia de poderes. Cambiemos dio testimonio de su lucha contra la corrupción, y estamos comprometidos con la promoción de leyes del arrepentido y de imprescriptibilidad de los delitos cometidos por funcionarios públicos”. Además, expresó que, si llegaba a la presidencia, iba a exigir a Manzur las reformas políticas pendientes: “en el norte debemos acabar con el feudalismo; con los abusos de quienes se creen propietarios del Estado; con las dinastías en el poder; con los sistemas electorales no transparentes; con la falta de independencia judicial, de rendición de cuentas y de libertad de expresión”.

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