Se dijeron cosas fuertes. El Presidente lo calificó como “el gobernador que tiene menos vocación para coordinar y trabajar en equipo”. Y Miguel Lifschitz no la dejó pasar: “Estoy sorprendido. Es una expresión desafortunada, una de las tantas que viene teniendo. Le molesta la existencia del Frente Progresista”. Mañana, a las 15, en el despacho presidencial, Mauricio Macri y el gobernador santafesino buscarán dejar atrás las diferencias y, si no surgen imprevistos, firmarán un convenio de seguridad para combatir el delito y el narcotráfico. Altas fuentes de la Casa Rosada adelantaron a Clarínque el Gobierno enviará -además de un número no precisado de gendarmes- cerca de 350 detectives, es decir, personal no uniformado que se encargará de descubrir el "modus operandi" del delito y el narcotráfico.

El acuerdo, en medio de los chispazos entre el jefe de Estado y el mandatario provincial, no fue fácil. El macrismo insistió con que Lifschitz debe reconocer el problema en la lucha contra el narcotráfico. Y que tiene que dar luz verde al inicio de auditorías en las comisarías. “No vamos a hacer marketing, queremos encarar una solución de fondo, pero para eso tenemos que depurar la Policía santafesina”, dicen en el Gobierno. El foco estará puesto en Rosario.

Durante la semana, en algunos círculos de poder se instaló el rumor de que Macri dispondría la intervención de la provincia. Pero desde lo más alto de la Casa Rosada negaron a este diario que la versión tenga algún asidero. “Al contrario, estamos buscando una solución junto al gobernador. Podemos tener críticas hacia él, pero sabemos que trabaja para desterrar el delito”, dicen. Aun así, la crisis en Santa Fe es profunda. El propio gobernador dijo en las últimas horas que sufre “intentos desestabilizadores, operaciones de inteligencia en la provincia y actividades de organizaciones mafiosas”.

En conversaciones informales a las que le pondrán el moño mañana en Balcarce 50, la Nación y la gobernación de Sata Fe acordaron la llegada a la provincia de agentes “súper profesionales” que trabajarán en “zonas específicas”, donde la violencia está instalada hace tiempo. “No importa el número, lo importante es que sea un plan a largo plazo”, pidió Lifschitz. El ministerio de Seguridad que comanda Patricia Bullrich aún no definió el número de gendarmes pero pondría el acento en el personal adicional no uniformado que llegará a la provincia. “En Santa Fe será más importante el trabajo cualitativo que el cuantitativo. Queremos saber quiénes operan y descubrir la cadena de complicidades”, dijeron en el entorno de la ministra a Clarín.

Los gestos hacia los santafesinos comenzaron ayer. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, compartió un acto en la ciudad de Rufino junto a Lifschitz en el que lanzó el Plan Nacional de Hábitat. “Macri tiene un fuerte compromiso con Santa Fe. Por primera vez en la Argentina se entendió que los problemás concretos se deben resolver en equipo”, afirmó Frigerio.