"Macri tiene un plan: o compra al peronismo o lo destruye"

Insaurralde se acercó a Máximo Kirchner y dice que deben "renovar ideas" más que "jubilar dirigentes".

Martín Insaurralde recibe a LPO en sus oficinas de la calle Esmeralda. El lugar está cargado de liturgia peronista combinada con un toque palermitano, propio de un hombre de la "generación intermedia" que representa el intendente de Lomas de Zamora.

Desde el búnker predilecto de la rosca bonaerense donde nació el detonado grupo Esmeralda, Insaurralde hace equilibrio y explica que su rol es buscar la "unidad" en el peronismo, en un esfuerzo por esquivar la grieta que se abrió en el PJ. Sin embargo -aunque no oculta que dialoga con Florencio Randazzo- las últimas reuniones que compartió con Máximo Kirchner y Fernando Espinoza sugieren cómo "jugará" el intendente que suena para encabezar una lista. 

Martín elige hablar de la "reconstrucción" del peronismo y se ataja al opinar que debe haber una renovación, pero de ideas. Aclara que eso no implica "jubilar" dirigentes que aún tengan votos, en un guiño a Cristina Kirchner y Daniel Scioli.

 

¿Dónde está parado hoy dentro de las divisiones del peronismo?

Hoy lo que tengo para aportar es buscar las coincidencias entre los dirigentes que quieren representar el frente electoral del peronismo de la provincia de Buenos Aires. Deben entender que es momento de ser solidarios, de encontrar una alternativa. Más allá de que haya internas o no, primero debemos ponernos de acuerdo en qué es lo que queremos enfrentar. El enfrentamiento no es contra Cristina, Randazzo, Scioli... Tuvimos errores. Perdimos por haber construido una alternativa que no fue plural y expulsó a muchos dirigentes. Tuvimos desacuerdos internos. Ahora la que pierde es la gente, porque a los argentinos les está yendo mal. No a todos: hay sectores a los que les va bien. Cuando el Gobierno dice que la economía se reactiva, los que ganan son las mineras, las sojeras. Hace dos años el auto más vendido era un Gol, el año pasado fue la camioneta Hylux. El Gobierno quiere que a unos pocos, los más ricos, les vaya bien.

¿Y cómo se traduce eso en una propuesta electoral?

Ese es nuestro desafío para los próximos 40 días. Hay que entender que el enemigo no es quien presida la lista en una interna. Puede pasar que tácticamente decidamos que conviene que haya dos listas, o tres, porque no nos ponemos de acuerdo o porque le da volumen a la propuesta. En lo que sí debemos estar de acuerdo es en cuáles son los ejes, qué vamos a proponer y a qué nos oponemos. El tema no pasa por un nombre, más allá de quiénes sean los candidatos, mientras las listas expresen la defensa de la enorme mayoría de los argentinos que la está pasando mal. Las PASO son una circunstancia.

Un sector del peronismo está convencido de que no debe haber internas. ¿Habría lugar para Randazzo en una lista de unidad acordada con Máximo y Espinoza?

Todos los dirigentes que estén dispuestos y tengan mayor valoración entre la gente podrían estar en esa lista. Todos -incluso Florencio- los que quieran presidir una lista, deben llegar a una base de acuerdo sobre qué Congreso, qué Legislatura bonaerense y nacional queremos tener. Los nombres surgirán de eso.

Dicen que circula una lista de "vetados" de Cristina, los nombres de quienes no deberían formar parte del acuerdo.

Las decisiones excluyentes nos llevaron a que el peronismo se diera cuenta que no le alcanza para presentar una oferta electoral que enamore a los ciudadanos. Hay que ser solidarios. En este momento mi rol es venir a poner en la mesa y no sacar. El peronismo construyó una fuerza en la Provincia que hoy quedó debilitada. Y para volver a construir, los dirigentes que tenemos responsabilidades y varios años en esto debemos pensar que por supuesto queremos recuperar el gobierno en 2019 y tomar las decisiones que le hacen mejor a nuestro pueblo. Pero en este momento hay que ponerle límite a quienes toman las decisiones en contra de la mayoría y en beneficio de unos pocos.

Está el fantasma de que si se le da otra vez un lugar central a Cristina, las listas las termine armando La Cámpora. ¿Ese miedo existe?

Es un error si generamos la idea de un lado y el otro. Yo fui candidato en 2013, orgulloso de que Cristina me haya elegido y siempre dije que las cosas que estaban mal había que criticarlas. Ahora, creo que existen momentos para criticar, momentos para disentir, y lugares donde hacerlo. Estos 40 días deben ser de madurez política. Se verán los dirigentes que no piensen en su ombligo y quieran la reconstrucción del peronismo en la Provincia. Es fácil hablar mal, criticar para adentro. Los dirigentes distintos se ven cuando construyen política para generar una nueva fuerza que enamore y sea competitiva, no para ganar ellos. Hay que poner límites a un gobierno que ajusta. Ahí tiene que estar el peronismo, no discutiendo si es mejor Cristina o Randazzo o si La Cámpora expulsa al Evita.

Tal vez en teoría sí, pero esas cosas también son parte de la discusión que se da hoy en el peronismo.

Soy un hombre de la política y por supuesto que esas versiones existen y las escucho. A mí lo que me interesa es que el peronismo esté en una fábrica de Campana pidiendo que no suspendan trabajadores, a contracara de Macri que va e inaugura contento en Estados Unidos una fábrica que le saca competitividad y trabajo a los argentinos. Yo voy a estar en Campana, no en Estados Unidos. Los dirigentes deben entender que ese es el camino.

¿Y quiénes lo entienden?

Hablé en los últimos días con prácticamente todos los dirigentes del peronismo. Están haciendo un esfuerzo enorme por revitalizar el espacio, pero eso tiene que ver con discutir la política y dejar los nombres como una circunstancia.

¿Qué separa a Máximo de Randazzo?

En este tema, nada. Mi posición es que hay una gran posibilidad en lo estratégico de encontrarle volumen a una fuerza política que se está reconstruyendo. Después veremos si hay diferencias en lo táctico y si conviene que esas diferencias se terminen de resolver en las PASO. Pero en esta no estoy abocado a buscar diferencias sino coincidencias, que son muchas. Todos estos dirigentes están convencidos que hay que defender el trabajo argentino en Campana y el enemigo de eso es estar en Estados Unidos inaugurando la fábrica de Techint. No hay ninguno de los dirigentes que me nombras que no elija esta opción. Eso es un punto a favor, ese es el camino que tenemos que construir. El Gobierno hará todo para que esto no salga, porque tiene un plan organizado: o compra al peronismo o lo destruye. No hay otro plan. Tanto Macri como Vidal, ese es su objetivo. Después tienen un plan comunicacional, de gobierno, pero las mejoras no llegan. No quiero descalificar, pero debo decir la verdad: esto es un fracaso. El Gobierno fracasó.

¿Vidal también fracasó?

El fracaso es de quien gobierna. Principalmente de Macri, pero Vidal es Macri.

Se acusaba a los intendentes de ser condescendientes con Vidal por tener mejor relación con ella que con Macri.

El tema de la relación es otra cosa. Yo acá hago un análisis político, pero debo gobernar para un millón de habitantes que votaron a Cambiemos, al Frente Renovador, al FPV, partidos vecinales... Yo no le pregunto a un vecino de qué partido es. Cuando gobierno no me dedico a hacer sectarismo, y este gobierno eso lo aplica mucho. Con Vidal tenemos un ida y vuelta, no coincido en muchas cosas y se lo hago saber.

¿Vidal beneficia a los municipios de su signo político?

Cambiemos beneficia a los propios. No hace falta que lo diga yo, recorrés el Conurbano y seguro ves que se hacen obras en Lomas de Zamora, pero si mirás alrededor no es la misma cantidad de patrullas que le entregan a un municipio que las que le entregan a otro. Hay que aplicar políticas públicas que beneficien a la gran mayoría de los argentinos. El desafío que hoy tiene el peronismo es reconstruirlo, ponerle límites a un gobierno que está haciendo las cosas para beneficiar a un sector muy muy pequeño. La gente la está pasando mal y la revolución de la alegría no se la va a dar Macri, ya lo demostró. No hay posibilidad de salir adelante con este plan económico. Ahí está el desafío. Se verá la madurez de los dirigentes, si estamos a la altura de las circunstancias.

Katopodis, "Bali" Bucca y Zabaleta ya hicieron explícito su apoyo a Randazzo. ¿No están a la altura de las circunstancias?

Sí, lo están. Cada uno tiene que buscar un lugar, ver de qué manera puede ayudar al peronismo. Si se busca desde una forma personal no. Hay que limar cosas personales para que pueda salir una fórmula electoral.

¿Se quebró el Grupo Esmeralda?

La fractura siempre existe. Hubo una etapa en la que por afinidad, distintos sectores nos juntamos. Eso es una etapa del peronismo que ocurrió después de perder la Provincia. El rearmado, la reorganización. Estamos yendo recién a la primera elección. El primer año lo transitamos con poca agresión, poco pase de factura. Hacia afuera, fue más dura la campaña que el duelo. Ahora en este segundo año tenemos que dar otro acto más de madurez y si mostramos bandos le estamos errando. Puede que algunos tengan preferencia por un candidato, pero quienes tienen que mostrar la diferencia son los líderes. Quienes quieren conducir este proceso. No lo van a demostrar dirigentes que dicen: yo quiero a Randazzo, a Cristina, a Martín, a Magario... Los que van a marcar la historia de la reconstrucción del peronismo son los que se quieran poner el saco de conductores y sepan que ese folclore de hablar de un lado y otro no debe romper las aspiraciones de reconstrucción del peronismo.

¿Cree que usted podría ser un candidato que sintetice esa unidad?

Faltan 40 días. Estoy abocado a que todos entendamos que cada uno tiene que poner lo mejor. Si entendemos cuál es el valor, no es quién tenga que ser candidato. El rol de cada uno debe ser lo mejor para el conjunto.

Pero no son aleatorios los nombres que mencionó, son los que suenan como posibles candidatos. Si hay internas, ¿podría encabezar una lista enfrentada al espacio de Randazzo?

Sería irresponsable decir eso con el rol que quiero cumplir yo. En Lomas no voy a elecciones este año, me gusta participar pero debo ser responsable. Tengo un compromiso para la reconstrucción del peronismo bonaerense.

El año pasado los intendentes hablaban de "renovación" y ahora sólo lo escucho repetir "reconstrucción". Parece que todo vuelve a girar en torno a Cristina.

Renovar... Yo siempre creo en la renovación. Formo parte de una generación intermedia. Cristina misma lo hizo en 2013 cuando me llevó a mí de candidato. Yo llevaba tres años de intendente cuando me eligió. A mí me parece que lo que nosotros tenemos que renovar primero son las ideas. Hay que reconstruir un partido que quedó destrozado. Hay que renovarlo. Sobre los candidatos... Cafiero encarnó una renovación con Luder como primer diputado nacional. La renovación pasa por poner de nuevo a funcionar al motor del peronismo, no por excluir dirigentes y jubilarlos. Yo tenía un amigo que me decía que los dirigentes políticos son como los artistas: se jubilan cuando no los votan y los artistas se jubilan cuando no cortan tickets. Un hombre o mujer que está hace mucho en política puede aportar experiencia. No puede aportar la dinámica, velocidad de los tiempos de hoy.

Muchos intendentes creen que traer nombres como Scioli o Cristina genera que el debate gire en torno al pasado y le pone un freno, justamente, a esa renovación de ideas.

Yo hablo del futuro con cualquier dirigente que tenga adelante. No hay que adelantarse a un cierre de listas en el que todavía no se sabe cuál es el candidato. No hay que caer en el análisis de hablar de nombres, es innecesario. El folclore es válido, pero quienes quieren presidir esto tienen otra responsabilidad.

Si Cristina no juega, ¿debe tener un rol importante en la elección?

Yo no puedo dar los roles. Menos a Cristina. Ella encontrará cuál es el rol si lo desea. Muchos hablan de oído, si será o no candidata, qué lugar ocupará. Yo con Crisitna no hablé, pero hablo con los dirigentes sobre qué rol quiero ocupar yo y qué rol quiere ocupar cada uno de ellos. Algunos dijeron que quieren ser candidato, otros no, otros quieren ayudar. Lo importante es que en una misma mesa encontremos el lugar de cada uno.

¿Verónica Magario está entre los que admitieron que quieren ser candidatos?

A mí no me lo dijo. Verónica igual es una dirigente que debe estar en esa mesa. Gobierna La Matanza, es una mujer fuerte, inteligente, va para adelante y sabe cuál es el enemigo de este modelo.

¿Cuál es la posición de Máximo ahora?

Esta misma. Yo estoy optimista porque lo que hablé con él es lo mismo que hablo con Scioli, Magario, Espinoza, Ferraresi y Randazzo. Todos coinciden en que hay que buscar puntos de encuentro para enfrentar un gobierno que le hace mal a la gente. Las definiciones políticas las solucionaremos entre nosotros. No está mal que los sectores busquen un posicionamiento. Ahora lo que yo les digo y estoy convencido es que la forma de representar es a través de las ideas. El peronismo nunca necesitó un focus group para gobernar. Si hay algo que tienen claro todos estos dirigentes que quieren presidir, me incluyo, nos tenemos cuenta qué es lo que está pasando. La lista la encabezará el que mejor represente lo que la gente quiere. Después se verá si hay internas, pero la base en la que tenemos que coincidir -tal vez con distinta metodología- es en ponerle un freno a este gobierno que viene de excluir a la enorme mayoría.

¿Massa puede ser parte de esa reconstrucción?

Massa tiene otro camino. Está el Gobierno y la oposición, que somos nosotros. Sergio es uno de los tipos que mejor imagen tiene, pero cuando empieza a criticar al Gobierno le bajan los números, porque mucho de lo que él tiene es porque apoya algunas políticas del gobierno. Entonces está en un camino difícil. O estás a favor o en contra del gobierno, en este momento no hay otra opción.

Entonces se siente lejos de Massa.

No, de Massa no me siento lejos, me siento lejos de Macri. Con eso hay que ser claro: completamente lejos. Y Massa no hace sentirse lejos de Macri, aunque dice que está lejos, en el resultado no lo está. Para la gente Massa no está caratulado como opositor.

¿Con la gente de Massa hay diálogo? Se habla de intentos por acercar a Felipe Solá.

Yo no estoy en una etapa de si quiero a un dirigente o no. De Felipe tengo el mejor de los conceptos, pero me parece que el momento que atravesamos no es si te robás un dirigente o no.

¿Hay lugar para que vuelvan al PJ después de esta elección?

Después de la elección pueden pasar muchas cosas. Me encantaría que los dirigentes entendieran que ahora es el momento de unirse y hacer mayores esfuerzos, porque no están en juego los cargos de uno sino los problemas de la gente. Después por obligación y motivos personales ya buscarán unidad, pero se van a perder dos años. A este modelo de ajuste hay que ganarle ahora.

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