Macri y Schiaretti, una alianza que se fortalece

Macri y Schiaretti, una alianza que se fortalece

El Presidente ya visitó seis veces Córdoba; los dos mandatarios exhiben buena sintonía

l grupo mexicano Bimbo espera convencer a Mauricio Macri para que venga de nuevo a esta ciudad a inaugurar su planta. Si el Presidente incorpora a su agenda la invitación habrá visitado la provincia siete veces, tres más que Cristina Kirchner en sus ocho años de gobierno. El dato sirve como termómetro de su buena sintonía con el gobernador Juan Schiaretti, a quien ya lo bautizaron el "más macrista de los peronistas".

Macri siempre recuerda que esta provincia fue el distrito en el que más diferencia a su favor obtuvo en la elección presidencial. Consiguió hace un año siete de cada diez sufragios. "Sin Córdoba esto no habría existido", dijo en el festejo de Costa Salguero.

Todavía hoy sigue capitalizando la bronca de los cordobeses con el kirchnerismo; la única vez que esta fuerza ganó fue en la reelección de Cristina Kirchner, aunque lograron unos veinte puntos menos que la media nacional. Durante todo este año Macri recuerda que con él se acabó la "discriminación" a la segunda provincia del país.

Mauricio Macri y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Foto: Archivo

Schiaretti insiste en que conoce a Macri hace "más de 20 años" y suele mencionar una suerte de raíz común en la industria automotriz. Varias veces eligió el gobernador la figura de la línea de montaje para describir las trayectorias de ambos.

"Sé que cuando hablo con él, me dice todo lo que piensa y hace lo que me dice. Coincidimos en el programa productivo para la Argentina: la salida es por la inversión en infraestructura, más la ganancia de productividad. Y tenemos en común el razonamiento por el trabajo. Los dos nos formamos en fábricas de autos, a la velocidad de la línea de montaje. Que no se para nunca", es la frase de Schiaretti.

"En sus reuniones no hacen falta preámbulos porque se conocen", desliza a LA NACION un integrante de la mesa chica del gobernador peronista.

Macri eligió Córdoba para su primera reunión de gabinete en el interior, a mediados de enero. Allí firmaron acuerdos por $ 27.200 millones, una cifra superior a la que el distrito había recibido durante todo el kirchnerismo.

La cercanía entre los mandatarios fue clave para alcanzar un consenso por el financiamiento de la Caja de Jubilaciones. Córdoba -durante el kirchnerismo- fue a la Corte Suprema para reclamar por el incumplimiento de la Nación.

Hace pocas semanas, Schiaretti afirmó que el "cepo institucional" a la provincia terminaba y el presidente bromeó: "Qué suerte, «gringo» que viniste con funcionarios de Córdoba, porque hoy somos mayorías los cordobeses en Olivos". En reiteradas oportunidades usó la estrategia de plantear que se siente cordobés.

La buena relación entre ambos genera tensiones en el Cambiemos cordobés; los dirigentes plantean -lo han hecho ante Marcos Peña y Rogelio Frigerio- que ese vínculo impactará en las próximas elecciones. "Dinero, gestos, todo es para Schiaretti. Así será difícil distinguir quién es quién", se quejan.

Un emergente de la molestia fue la amenaza de los intendentes de la alianza, encabezados por el capitalino Ramón Mestre, de ir a la justicia porque Schiaretti no coparticipaba las mejoras obtenidas. Finalmente, la sangre no llegó al río.

Es un "matrimonio por conveniencia", dicen los viejos políticos locales. El cordobés necesitaba recomponer el vínculo con la Nación y recibir fondos y Macri precisaba demostrar que puede gobernar con un peronista que lidera un distrito clave en lo político y en lo económico.

Incluso, el ex gobernador José Manuel de la Sota salió unos meses de escena -está estudiando en España- y así dejó el terreno libro a su sucesor. El es más crítico de la gestión nacional, pero es consciente de que una cosa es hablar desde afuera y otra, hacerlo mientras se gestiona.

A medida que avanzan los meses la preocupación crece entre radicales y macristas locales, quienes analizan qué estrategia se darán para las elecciones. No la tienen fácil; hasta el propio Frigerio insinuó una alianza con el peronismo local. Salieron todos a frenarlo.

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