Macri quiere que vuelva Gómez Centurión a la Aduana pero espera una señal de la Justicia

Macri quiere que vuelva Gómez Centurión a la Aduana pero espera una señal de la Justicia

El Presidente avisó a su equipo que no avanzará si el juez que investiga al funcionario suspendido no da un dictamen sobre su inocencia.

Mauricio Macri no tiene dudas. Quiere firmar cuanto antes el regreso de Juan José Gómez Centurión a la Aduana. El ex militar también cuenta con el aval de la gobernadora María Eugenia Vidal y de la diputada Elisa Carrió. Ambas sostienen que es honesto. A medida que pasaron los días, el apoyo se extendió dentro del Gobierno: funcionarios de todas las áreas le tienen miedo al “efecto Gómez Centurión”. Saben que el ex militar se quedó afuera por una denuncia anónima, empujada por un fuerte operativo de inteligencia. Por ahora, los deseos de Macri se frenan en Comodoro Py.

Pese al apuro del Gobierno, el expediente sigue su curso habitual. El juez Ariel Lijo rechazó tomarle declaración al ex militar, hace dos semanas, cuando se presentó sorpresivamente en su juzgado. Argumentó que le faltan pruebas para indagarlo.

Esta semana será clave. La oficina de Observaciones Judiciales, que ahora depende de la Corte Suprema, le enviará un informe al juez con los cruces telefónicos de los acusados, pudo saber Clarín en fuentes judiciales. Ahí figuran funcionarios aduaneros de jerarquía y personas allegadas a Carlos Oldemar Barreiro Laborda, alias "Cuqui", el oscuro “informante” que fue espiado.

Macri sigue pensando lo mismo. “Yo quiero que vuelva, pero necesito que el juez hago algo”, repite ante sus funcionarios de confianza.

La salida preventiva de Gómez Centurión (ahora cumple tareas como asesor en la AFIP) desató una guerra de poder en la Aduana. Volvieron funcionarios históricos que habían tenido mucho poder durante la gestión de Ricardo Echegaray. El abogado Eduardo Flury fue designado como director interino de la Aduana de Buenos Aires. En el pasado reciente, había estado a cargo de inspecciones aduaneras. Otro que volvió es Ramiro Roibas, uno de los funcionarios relegados por Centurión. “Fue jefe de resguardo en Ezeiza cuando el director de la Aduana de Ezeiza era Hugo Gómez. El jefe de los courier en ese entonces era el hermano de Gómez, Félix”, recuerda un viejo aduanero que padece la interna desatada por la salida del ex militar. Roibas ahora es el subdirector general de control Aduanero y Hugo Gómez aterrizó en la Subdirección General de Operaciones Aduaneras Metropolitanas aunque ya se había jubilado.

Otro funcionario que se vio favorecido por los reacomodamientos internos es Andrés Pucko, un ex asesor de Andrea Muñoz, la abogada que manejó los destinos de la Aduana de Ezeiza en los últimos años por impulso de Echegaray.

El gremio de los aduaneros puso el grito en el cielo ante la crisis interna. Esta semana publicó una solicitada para cuestionar el tratamiento mediático sobre el tema. El texto habla de un “destructivo y sospechoso cuestionamiento difamatorio generalizado” sobre el organismo. “Actualmente hay un doble comando que paraliza el funcionamiento”, graficó ante este diario un dirigente gremial. Macri acudió a la Justicia. Ahora depende de sus tiempos.

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